¿El anonimato de Internet permite que las personas sean más malas?

La comunidad de Internet ofrece a los usuarios una serie de medios para expresar sus opiniones y pensamientos personales, desde salas de chat hasta foros de mensajes y formularios de envío de comentarios. Muchas de estas páginas web interactivas fomentan o incluso exigen que los participantes permanezcan en el anonimato o creen identidades alternativas. El anonimato de Internet puede proporcionar un nivel de privacidad para los usuarios en el mundo real, pero también puede permitir que ciertos participantes se vuelvan mucho más agresivos o mezquinos de lo que serían sin la promesa del anonimato. Mucha gente cree que, debido a que la persona no se puede identificar fácilmente, un comentarista anónimo se siente libre de ser mucho más malo de lo que sería de otra manera.

No cabe duda de que el anonimato de Internet ha permitido a algunos usuarios expresar sus opiniones con otros con más confianza o sin los habituales filtros sociales que se encuentran en el mundo offline. El mismo anonimato puede animar a otros a ignorar la etiqueta y publicar mensajes maliciosos o deliberadamente inflamatorios con el único propósito de dañar a otros carteles o participantes de la sala de chat. Estos usuarios de Internet mezquinos u ofensivos a menudo se conocen como trolls en la comunidad web, y los moderadores de sitios web pasan gran parte de su tiempo en línea borrando mensajes ofensivos y suspendiendo las cuentas de quienes los dejan.

Un fenómeno similar al trolling puede involucrar a los carteles anónimos que quedan atrapados en hilos controvertidos o contenciosos. El tema original de discusión a menudo se reemplaza con insultos personales, respuestas obscenas y ataques ad hominem. Estas llamadas «guerras de fuego» o «en llamas» podrían posiblemente ser alimentadas en gran parte por el anonimato de la experiencia, ya que una discusión igualmente acalorada en la vida real entre personas identificables probablemente no escalaría a ese nivel sin una intervención externa. Para la mayoría de las personas, es mucho más fácil desahogar la ira o la frustración en un troll de sala de chat anónimo que expresar los mismos sentimientos en un compañero de trabajo contencioso del mundo real.

Lo que impide que muchas personas expresen emociones intensas como la ira y la frustración en la vida real es el hecho de que son entidades conocidas en un mundo sorprendentemente pequeño. El anonimato de Internet esencialmente nivela el campo de juego para todos los participantes, lo que podría permitir a algunos usuarios expresar los lados más oscuros de sus personalidades de formas que serían impensables en la vida real. La capacidad de publicar pensamientos enojados o mezquinos sin consecuencias tangibles podría resultar una tentación demasiado grande para ciertas personas. Si bien se podría argumentar que el anonimato no necesariamente promueve la mezquindad o la ira, sí permite a los usuarios con la capacidad de emociones fuertes expresarlas con mayor facilidad y con menos consideración por las consecuencias de sus acciones.