La informática médica, también conocida como informática de la salud, es un campo de estudio interdisciplinario que enfatiza el uso de la tecnología informática para ayudar a organizar, analizar, administrar y utilizar la información para mejorar la atención médica. Sus principales objetivos son desarrollar estándares y pautas clínicas, formalizar la terminología médica, mejorar la usabilidad de los sistemas de información de salud para facilitar la comunicación y administrar el flujo de información de los médicos a los pacientes.
La informática médica surgió como tecnología informática aplicada a la medicina, pero ha evolucionado para incluir aplicaciones de bioestadística, economía, gestión empresarial y psicología cognitiva. El científico alemán Gustav Wagner desarrolló la primera organización profesional de informática en 1949. Los países europeos comenzaron a crear departamentos y programas universitarios especializados en el tema. Sin embargo, no fue hasta la década de 1960 que los franceses acuñaron el término informática médica para definir formalmente el campo de la informática sanitaria.
Estados Unidos siguió su ejemplo en la década de 1970 con sus propios programas, que coincidieron con la aparición de sistemas de información clínica a gran escala. La Asociación Estadounidense de Informática Médica se fundó en 1980 para brindar apoyo a esta disciplina emergente. Hoy en día, la Biblioteca Nacional de Medicina financia la educación en informática médica a nivel de posgrado y posgrado.
Los temas principales de la informática médica incluyen estándares, terminología, usabilidad y valor demostrado. El desarrollo de estándares y pautas clínicas para la recopilación de datos es un componente crítico. La estandarización de procesos y pautas ayuda a garantizar que los datos de salud puedan integrarse en sistemas de información no relacionados. Relacionado con los estándares está tener un vocabulario médico común. La terminología común garantiza que los resultados se puedan medir y notificar de manera coherente en todas las prácticas, instituciones y regiones, como comparar manzanas con manzanas en lugar de manzanas con naranjas.
Un sistema de información sanitaria eficaz debe pasar la prueba de usabilidad. La usabilidad se refiere a la facilidad con la que un sistema informático clínico se puede integrar en las prácticas existentes sin interrumpir el flujo de trabajo clínico. La clave de la usabilidad es una aplicación que no requiera una curva de aprendizaje demasiado empinada. Una solución de tecnología de la información de la salud que muestra valor demostrado, el último tema central, es aquella que crea resultados medibles que se pueden utilizar para racionalizar los costos y mejorar la calidad de la atención al paciente.
Para ilustrar la importancia de los temas principales, considérese la historia clínica electrónica, una herramienta que se utiliza para gestionar la atención médica del paciente. Los registros médicos electrónicos, o EMR, son tradicionalmente el dominio de la informática clínica, que es un subcomponente de la informática médica. El EMR es información centrada en el paciente, personal y clínica, que un médico ingresa en un sistema informático, un proceso que inicialmente consume mucho tiempo y que se niega por los posibles ahorros de costos.
Una vez que se ingresa la información, el EMR puede alertar a los médicos sobre posibles alergias del paciente e interacciones medicamentosas, evitando así errores médicos dañinos. Las pruebas de laboratorio y las recetas se pueden solicitar a través de una red para un paciente. Las redes informáticas permiten que los pacientes, los médicos y otros expertos se comuniquen entre sí. También proporciona una solución de medicamentos basada en Internet que no solo es rentable para la compañía de seguros, sino también para el paciente. Al final, la automatización de dichos procesos reduce los errores, aumenta la confiabilidad, optimiza la prestación de servicios de salud a los pacientes y permite a los pacientes tomar decisiones conscientes de su salud.
Incluso con todas las ventajas que aporta la informática médica, una serie de desafíos continúan presentando obstáculos. Los sistemas y metodologías de recopilación de datos existentes deberían renovarse para cumplir con los estándares de la industria. Las preocupaciones sobre la privacidad, como las leyes recientes de la ley de portabilidad y responsabilidad del seguro médico (HIPAA), imponen restricciones sobre cómo se puede utilizar la información del paciente. Por último, hay que considerar cuestiones financieras. La creación de un sistema de TI de salud integral requiere recursos considerables, que a menudo se desaconsejan debido a la falta de financiación.