La comunicación transcultural se refiere a una rama híbrida de la academia que combina antropología cultural, sociología y estudios internacionales que se centra en formas de facilitar la comprensión a través de fronteras y culturas. Además de encabezar tácticas para agilizar la comunicación entre varios grupos lingüísticos, también destaca los muchos obstáculos y malentendidos en el camino de la verdadera comprensión global. Cuanto más se familiarice una persona con las muchas formas en que la comunicación puede fallar entre miembros de culturas dispares, más equipada estará para establecer y mantener una comunicación sana con personas de orígenes totalmente diferentes.
Una barrera principal para la comunicación intercultural, también conocida como comunicación intercultural, es la falta de un idioma y una cultura universales y predominantes. Por tanto, la adquisición de conocimientos es la principal recomendación para construir una comprensión progresivamente más lúcida de las personas de otras culturas. Esto puede incluir la adquisición de un segundo o tercer idioma en un esfuerzo por estar en pie de igualdad con los de otras culturas. Obtener conocimiento de otras culturas y tradiciones también puede ayudar a comprender la compleja y única red de influencias que dieron forma a los ciudadanos de cada cultura.
La comprensión intercultural comienza en la primera infancia, cuando los maestros, los padres y los medios de comunicación les enseñan a los estudiantes trivialidades o hechos históricos más amplios y a menudo generalizados sobre otros países. En la escuela secundaria y particularmente en la universidad, la comunicación intercultural de un estudiante puede intensificarse. Las universidades de artes liberales, en particular, buscan graduar estudiantes integrales con una comprensión no solo de un campo profesional elegido, sino también de cómo ese trabajo se relaciona con la comunidad global en general.
De una manera más pragmática, la comunicación intercultural intenta educar a las personas sobre las formas de convertirse en oyentes activos a través de las fronteras. Algunas tácticas comunes incluyen evitar las expresiones locales o la jerga, optando en su lugar por declaraciones cortas y declarativas en un lenguaje y sintaxis simples. Cuando se escucha, reducir la velocidad es una táctica comúnmente empleada y hacer preguntas siempre que una frase o línea de pensamiento determinada se quede perplejo. La mayoría de las personas apreciarán el esfuerzo dedicado a tratar de comprender exactamente lo que se intenta transmitir. Además, la tarea extra puede revelar las nociones preconcebidas de otra cultura sobre la propia cultura: datos valiosos para saber qué decir, cuándo y a quién.
Muchas otras diferencias culturales específicas se exploran en el estudio de la comunicación intercultural. Por ejemplo, muchas culturas asiáticas prefieren mantener una burbuja de espacio vacío a su alrededor cuando hablan con los demás. Algunos occidentales, por otro lado, pueden preferir que sus conversaciones se desarrollen de una manera más cercana y conspirativa. Aprender estas diferencias ayuda a disipar el miedo y los malentendidos en ambos lados de una división cultural.