La ficción oscura es otro término para el horror, un género de ficción relacionado con el miedo, la muerte y el lado siniestro de la naturaleza humana. Esto no se limita a la literatura escrita, sino que abarca un amplio cuerpo de medios populares, incluidas películas y series de televisión. Aunque esta ficción no es para todos los gustos, los escritores de terror sostienen que su trabajo trata sobre aspectos importantes de la experiencia humana. El término ficción oscura a veces se usa para distinguir ciertas historias del género de terror convencional. Estas historias pueden estar menos orientadas a la fantasía que la mayoría de la ficción de terror y contienen efectos emocionales más sutiles.
Los monstruos y otros elementos de terror han aparecido en la narración desde la prehistoria y figuran en narrativas tan tempranas como Beowulf y The Odyssey. En la década de 1800, novelistas como Mary Shelley, Bram Stoker y Henry James incorporaron monstruos, vampiros y fantasmas en sus historias, creando las primeras novelas de terror. Durante el siglo XX, el género disfrutó de una gran popularidad, aunque sus temas son controvertidos para algunos. En su tratado de no ficción Danse Macabre, el autor Stephen King sostiene que escribir y leer ficción de terror es una forma saludable para que las personas lidien con la inevitabilidad de la muerte.
La ficción oscura describe la ficción que contiene elementos horribles, pero que puede quedar fuera de la definición estándar de literatura de terror. Términos similares incluyen fantasía oscura, que se usa para historias de fantasía relacionadas con la muerte y el horror. Tales historias pueden contarse desde el punto de vista del monstruo, por ejemplo. La palabra oscuro se puede agregar a cualquier término de género para denotar estados de ánimo sombríos y líneas argumentales. La frase suspenso oscuro, por ejemplo, puede describir historias de suspenso que no terminan bien para el protagonista.
La ficción oscura aparece con frecuencia en otros medios, como la televisión, las películas y los cómics. El cómic de Neil Gaiman The Sandman fue un ejemplo muy elogiado en la década de 1990. No obstante, basándose en elementos de historias de terror, fantasía y superhéroes, la serie proporcionó una cosmovisión que encaja bien con la definición de ficción oscura. Las series de televisión Twin Peaks y The X Files también contenían elementos fuertes de esta forma.
La ficción de terror a menudo contiene elementos de fantasía como demonios o monstruos. La ficción oscura puede explorar el lado más oscuro de la naturaleza humana sin emplear tal fantasía. Un ejemplo bien conocido de ficción oscura sin elementos obvios de fantasía es la novela Fight Club de Chuck Palahniuk, que el director David Fincher convirtió en una película en 1999. Ambas versiones de la historia presentan visiones sombrías de la naturaleza humana, la sociedad y el futuro. Aunque Fight Club presenta violencia gráfica, la historia generalmente no se considera parte del género de terror.