Una falacia de ignorancia es un argumento destinado a apoyar o desacreditar una idea basada en el hecho de que faltan pruebas de lo contrario. Alguien puede, por ejemplo, argumentar que debido a que no hay evidencia de que el hecho X sea falso, el hecho X debe ser verdadero. Se podría hacer un argumento similar en la otra dirección lógica, y alguien puede argumentar que, dado que no hay evidencia que demuestre que el hecho Y es verdadero, el hecho Y debe ser falso. Sin embargo, no siempre ocurre una falacia de ignorancia cuando se hace este tipo de argumento, ya que hay algunos casos en los que se debe cumplir la carga de la prueba para que un argumento sea sólido.
También llamada argumento de ignorancia o apelación a la ignorancia, una falacia de ignorancia puede tomar varias formas diferentes, pero siempre se basa en la falta de evidencia para respaldar un argumento o idea. Uno de los argumentos más comunes que se hacen usando esta falacia es que si no hay pruebas de que algo no es cierto, entonces debe ser cierto. Una falacia de ignorancia se usa a menudo para argumentar una posición como «ya que no se puede probar que los extraterrestres en otros mundos no existen, entonces sí existen».
Sin embargo, este mismo tipo de falacia de ignorancia puede usarse en el otro lado de un argumento para apoyar que algo no es cierto simplemente porque no ha sido probado. Alguien podría argumentar que «dado que no se puede probar que los extraterrestres en otras palabras existen, entonces no deben existir». En muchos argumentos, como este, se puede utilizar la misma falacia para respaldar ambos lados de un problema. Este tipo de falacia de ignorancia también funciona como una forma especial de una o la otra, ya que funciona bajo la suposición de que solo dos condiciones pueden ser precisas: que lo sea o no.
Es importante que alguien que esté estudiando y considerando las falacias lógicas tenga en cuenta que no todas las declaraciones de este tipo son una falacia de ignorancia. En la legislación estadounidense, por ejemplo, la carga de la prueba recae en la acusación y existe la suposición natural de que si no puede proporcionar pruebas suficientes de culpabilidad, el acusado no es culpable. Las afirmaciones extravagantes o ilógicas también deben estar bien respaldadas o probadas, de lo contrario, es probable que las personas las descarten con este mismo método de razonamiento.
Muchas personas operan bajo un “supuesto de mundo cerrado”, en el que la información que indica lo que se conoce puede usarse para desacreditar o ignorar lo que no se conoce. Los horarios de las películas, por ejemplo, indican cuándo se proyectarán las películas, y se puede suponer lógicamente que los horarios no mencionados son cuando no se reproducirán. Esto no es una falacia de ignorancia, sino simplemente un medio por el cual la información puede inferirse razonablemente en determinadas circunstancias.