Un testamento es un dispositivo testamentario que se usa con mayor frecuencia en combinación con un fideicomiso que se ha establecido durante la vida de una persona. El testamento generalmente especifica que, cuando la persona muere, cualquier activo que accidental o intencionalmente no se colocó en el fideicomiso durante la vida de la persona se “volcará” al fideicomiso. Luego, los activos se asignan de acuerdo con las instrucciones del fideicomiso. Esencialmente, un testamento de vertido ayuda a garantizar que todos los activos de una persona se depositen en un fideicomiso antes de que se distribuyan a los beneficiarios del fideicomiso.
Un testamento fiduciario es particularmente útil en circunstancias en las que una persona no desea que todos sus activos se coloquen en un fideicomiso durante su vida. Esto puede ser preferible por varias razones diferentes. La conveniencia es uno de los propósitos para establecer un testamento de vertido. Por ejemplo, comprar, vender y asegurar un automóvil puede resultar complicado en algunas jurisdicciones si el automóvil se mantiene como un activo fiduciario. Incluso si el automóvil no es capturado por el fideicomiso durante la vida del propietario, el testamento se asegura de que se considere un activo fiduciario cuando el propietario fallezca.
En otros casos, las razones fiscales hacen deseable evitar transferir activos a un fideicomiso durante la vida de una persona. La transferencia de bienes raíces a un fideicomiso puede, por ejemplo, generar una reevaluación del impuesto a la propiedad. Un testamento derramado también es útil para capturar situaciones en las que una persona no puede depositar los activos obtenidos recientemente en su fideicomiso. Incluso si la propiedad de los activos no se ha transferido formalmente al fideicomiso, seguirán formando parte del fideicomiso cuando fallezca el propietario.
Un testamento vertido también se puede utilizar para asegurarse de que se revoque cualquier testamento anterior que haya creado una persona. Este paso asegura que no haya conflictos entre la distribución de los activos descritos en un testamento anterior y los términos del fideicomiso del difunto. Además, muchas personas utilizan testamentos para establecer quién se convertirá en el tutor de sus hijos menores. El fideicomiso generalmente contiene más detalles sobre cómo se asignarán los activos del fallecido para el cuidado de sus hijos menores.
Los testamentos de traspaso están sujetos a la legalización, un proceso en el que un testamento es legalmente declarado válido por un tribunal de sucesiones. Durante el proceso de sucesión, la cláusula de vertido en el testamento se autentica y aplica. Los bienes del fallecido se trasladan luego al fideicomiso previamente establecido donde se distribuyen de acuerdo con las instrucciones del fallecido en el fideicomiso.