¿Qué es la insubordinación?

La insubordinación es la negativa a cumplir las órdenes dadas por un superior. Si bien este concepto a menudo está relacionado con el ejército, donde puede haber castigos severos por negarse a seguir órdenes porque amenaza la estructura jerárquica, también puede ocurrir en el lugar de trabajo. Según la legislación laboral, es posible despedir a los empleados que sigan un patrón persistente de negarse a hacer lo que se les dice.

Hay varias características que deben estar presentes antes de que una situación pueda considerarse insubordinación. La primera es que la orden debe ser claramente una orden, en forma de declaración verbal o escrita que incluya alguna variación de la frase «esto es una orden». Alguien que dice “sería bueno que alguien preparara este informe” no está emitiendo una orden; alguien que dice “Sra. Jones, le ordeno que prepare este informe ”está haciendo una orden clara.

Además, la orden debe ser adecuada y no puede violar el contrato del empleado o la ley. Si una orden no es adecuada, no hay obligación de ejecutarla.

En la insubordinación directa, un empleado se niega verbalmente a ejecutar una orden o deja en claro que la orden no se ejecutará. La insubordinación indirecta implica la falta de cumplimiento de un pedido, sin indicar explícitamente que el pedido no se cumplirá. A veces, las personas rechazan un pedido porque creen que no es ético o ilegal. Si esto más tarde resulta no ser el caso, pueden ser sancionados por no cumplir.

Antes de que alguien pueda ser despedido por este comportamiento, el empleador debe documentar un historial pasado, con advertencias orales y escritas sobre el incumplimiento de las órdenes y las consecuencias. Esta información se puede usar más adelante para demostrar que un empleado estaba consciente del hecho de que lo que estaba haciendo se consideraba una insubordinación y que se le advirtió al empleado sobre el riesgo de despido si el comportamiento continuaba.

En el lugar de trabajo, actos como la denuncia de irregularidades no son insubordinación. Los denunciantes son personas que creen que está ocurriendo una situación insegura o imprudente y hablan al respecto, ya sea de forma anónima o pública. Están protegidos por la ley porque protegen la seguridad del lugar de trabajo. Del mismo modo, a personas como los delegados sindicales se les permite cuestionar la validez de una orden en su papel de representantes sindicales, porque son iguales a la dirección cuando defienden a los empleados.