Un contrato bilateral es un acuerdo, generalmente por escrito, que implica el intercambio de promesas entre dos partes que consienten en hacer algo en una fecha u hora futura. Por ejemplo, si la parte A acepta darle a la parte B una canasta de manzanas a cambio de una canasta de naranjas, se forma un contrato bilateral en el momento en que ambas partes acuerdan formalmente. Esto se conoce como consideración, un componente necesario de dicho acuerdo legal. La parte que cumple una promesa es el promitente y la parte que recibe la entrega de una promesa es el prometido.
La distinción entre contratos bilaterales y unilaterales a veces no es reconocida fácilmente por personas que no son profesionales del derecho. Los contratos unilaterales son vinculantes solo para el promitente hasta que el prometido consienta en cumplir con las solicitudes delineadas en la oferta del promitente. El término «contraprestación» denota la aceptación de una obligación que da como resultado la realización de una promesa de acuerdo con los detalles de un contrato. Cuando se suscribe un contrato bilateral, no existe consideración hasta que ambas partes hayan acordado las promesas establecidas en el documento. Esto difiere de un contrato unilateral para el que solo el promitente proporciona una contraprestación inmediata.
Si un promitente acepta pagar una cantidad específica de dinero por productos, servicios o una combinación de los dos, su acuerdo de compensación es su consideración. Solo si un proveedor de los productos o servicios acuerda aceptar las condiciones de pago contractuales se puede decir que hay consideración por parte del prometido. La mayoría de los tribunales tendería a dictaminar que ese ejemplo convertiría legalmente lo que era un contrato unilateral en un contrato bilateral. Es posible que otros tribunales no emitan juicios similares debido a las inconsistencias que pueden surgir al intentar aplicar los conceptos de contratos unilaterales y bilaterales.
Algunos acuerdos legales cubren la provisión de un producto o servicios que pueden tener que ser prestados durante largos períodos de tiempo y quizás en varias etapas. Por ejemplo, si un promitente acepta compensar monetariamente a un prometido por pintar su automóvil, la cuestión de cuándo ocurrió la conversión de un contrato unilateral a bilateral puede ser discutida. Un tribunal puede dictaminar que ambas partes proporcionaron la contraprestación en el momento en que el prometido acordó el precio. Otro tribunal puede juzgar que no puede haber una verdadera conversión hasta que la pintura esté terminada a satisfacción del promitente. Si el promitente no puede estar satisfecho o afirma estar insatisfecho para eludir las obligaciones contractuales, se debe considerar el trato justo del prometido.
Las preguntas anteriores son solo algunas de las preguntas legales que generalmente se hacen sobre los contratos. En general, se considera una buena idea que ambas partes se familiaricen con las posibles opciones que pueden tener en caso de incumplimiento de contrato o disputa. La consulta con un abogado antes de firmar cualquier contrato puede ayudar a evitar futuros desacuerdos.