La relación entre una abogada y su cliente es especial que involucra ciertos privilegios especiales. Un ejemplo es el privilegio abogado-cliente. Esto establece un derecho de confidencialidad entre las dos partes. Se aplica a casos civiles, administrativos y penales. También se aplica en todas las etapas del proceso legal y posteriormente.
Para que un cliente obtenga la mejor representación legal posible, debe poder comunicarse abiertamente con su abogado. Asimismo, un abogado debe poder comunicarse abiertamente con sus clientes. El privilegio abogado-cliente permite que dicha comunicación abierta y honesta tenga lugar sin que ninguna de las partes tenga que temer la obligación de revelar lo que se divulga entre ellas.
El privilegio abogado-cliente se extiende más allá de las dos partes. Cualquiera que esté trabajando como parte del equipo legal que representa a un cliente puede estar sujeto al privilegio abogado-cliente. Esto significa que si un cliente divulga información a los asociados del abogado, como a su secretaria legal o asistente legal, puede estar protegida por un derecho a la confidencialidad.
Toda la comunicación entre el abogado y el cliente está cubierta por este privilegio. Esto incluye cosas que se discuten y correspondencia escrita, como cartas y correos electrónicos. El privilegio abogado-cliente se mantiene incluso cuando un abogado ya no representa al cliente. Esto incluye casos en los que el cliente despide a su abogado, el abogado decide que no puede seguir representando a una persona o el cliente muere.
El privilegio abogado-cliente da poder al cliente. Si por alguna razón lo desea, el cliente puede decidir renunciar a su derecho a la confidencialidad. Sin embargo, un abogado no tiene la opción de decidir que ya no desea mantener la confidencialidad de la información que ha recibido. Un abogado puede aconsejar a un cliente que mantenga cierta información sobre un caso en forma confidencial, pero este privilegio no le permite al abogado impedir que un cliente diga lo que quiere a quien quiera.
Pueden suceder varias cosas si un abogado viola el privilegio abogado-cliente. El cliente puede emprender acciones legales contra el abogado. El cliente puede aspirar a que la información divulgada se elimine del registro. En algunos casos, el caso puede incluso desestimarse.
Una persona debe darse cuenta de que hay casos en los que el privilegio abogado-cliente no ofrece protección. Uno de esos casos es cuando un cliente informa a su abogado que tiene la intención de cometer un delito. Otro caso es cuando una persona busca el consejo de un representante legal para revelar la mejor manera de cometer un acto fraudulento. Los nombres de los clientes de un abogado y los honorarios que pagan por la representación legal tampoco se consideran información privilegiada.