¿Qué es un error judicial?

Un error judicial se puede definir de varias formas diferentes. Por lo general, se refiere a la condena de una persona, en un tribunal de justicia, por un delito del que posteriormente se prueba su inocencia. Un error judicial también puede aplicarse a la inversa, el de una persona culpable que es puesta en libertad cuando hay pruebas contundentes, o pruebas posteriores, de que él o ella fue realmente culpable del delito del que fue acusado. La frase no se limita únicamente a delitos contra personas o bienes, sino que también puede aplicarse a casos civiles en los que el castigo consiste principalmente en una compensación económica. En resumen, un error judicial es cualquier situación en la que un individuo es encarcelado, ejecutado o castigado de alguna manera debido a un error del sistema legal.

Los errores judiciales son terriblemente comunes. Desde la década de 1990, cuando la ciencia de identificar las pruebas de ADN se perfeccionó hasta un grado aceptable de fiabilidad, muchos asesinos y violadores condenados han sido declarados inocentes de los delitos por los que fueron condenados. El uso de pruebas de ADN se ha convertido en un argumento importante para quienes se oponen a la pena de muerte. En muchos casos, la evidencia de sangre o fluidos que originalmente condujo a una proclamación de culpa, antes de la creación de la ciencia del ADN, ahora puede usarse para probar la inocencia de un individuo.

Los errores judiciales pueden producirse por razones distintas a pruebas corruptas o errores judiciales. En algunos escenarios, la policía ha coaccionado confesiones de partes inocentes o ha retenido pruebas críticas de los abogados defensores. También se han producido errores judiciales debido a prejuicios (opiniones preconcebidas de culpa) debido a la raza, el color, el estilo de vida o incluso la apariencia. En países totalitarios, numerosas personas han sido condenadas en juicios ficticios, con confesiones de culpabilidad derivadas del uso de la tortura. En este último caso, la «condena» se utiliza con frecuencia como una herramienta para encarcelar o matar a los disidentes políticos.

Aquellos que son víctimas de un error judicial pueden pasar décadas en prisión o incluso ser ejecutados. Algunos países, sobre todo el Reino Unido, los Países Bajos, Noruega y España, brindan compensación a quienes han sido encarcelados indebidamente. Tales pagos, indultos o absoluciones son de pequeño consuelo para quienes han pasado muchos años tras las rejas, y son aún menos valiosos para quienes son absueltos póstumamente. Estados Unidos paga una indemnización a los condenados injustamente caso por caso. Revocar una condena injusta es extremadamente difícil, ya que los tribunales y los jueces suelen mostrar una marcada tendencia a evitar la impresión de que un sistema judicial es imperfecto.

Ejemplos famosos de errores judiciales incluyen a Juana de Arco, acusada de herejía en 1431 y absuelta póstumamente en 1456. Fue canonizada por la Iglesia Católica en 1920. En Estados Unidos, en 1954, el Dr. Sam Sheppard fue acusado y condenado por homicidio. su esposa. Sheppard cumplió diez años de prisión antes de que la Corte Suprema de los Estados Unidos permitiera el nuevo juicio que condujo a su absolución. Su caso se convirtió en la inspiración para la serie de televisión de larga duración y el largometraje, conocido como El fugitivo.