El término levitación proviene de la palabra latina, ‘levitas’, que significa ‘ligereza’. La levitación se refiere al proceso de un objeto que resiste la gravedad, y se usa con mayor frecuencia en un contexto paranormal o metafísico para describir un objeto que aparentemente se eleva en el aire por sí solo. En un contexto científico, la levitación se logra técnicamente en aviones, como mediante el uso de fuerzas aerodinámicas, o en objetos pequeños, como mediante el uso de imanes. La ilusión de levitar humanos a menudo se conjura como parte de un espectáculo de magia o ilusionista, mediante la manipulación de la iluminación y otros efectos especiales.
En el hinduismo, se cree que el poder de la levitación se logra a través de medios místicos por ciertos gurús hindúes que han dominado la filosofía del yoga. En 1936, Yogi Subbayah Pullavar supuestamente levitó frente a 150 testigos durante cuatro minutos mientras estaba en trance y en posición horizontal. Otra práctica conocida como «rebote yóguico» a veces se denomina levitación, pero técnicamente no califica bajo la definición. Saltar o volar yóguicos implica meditar y rebotar de rodillas en la posición de loto.
El cristianismo incluye varios relatos de levitación, como los relatos del Nuevo Testamento sobre la capacidad de Cristo para caminar sobre el agua y su ascensión al cielo. También se dice que levitaron varios santos, entre ellos San José de Cupertino, Santa Teresa de Ávila, San Felipe de Neri, San Juan de la Cruz y San Martín de Porres. En el lado opuesto del espectro cristiano, la levitación también se ha atribuido a la posesión demoníaca, como en el caso de 1906 de Clara Germana Cele, una joven que supuestamente levitó en Sudáfrica, y que solo pudo ser derribada nuevamente por recibiendo chorros de agua bendita.
Los médiums también han levitado como parte de sesiones espirituales; sin embargo, la mayoría de los reclamos de levitación media han sido desacreditados como similares a los espectáculos ilusionistas, que involucran trucos escénicos como cables y poleas. Los psicoquinéticos también afirman ser capaces de levitarse a sí mismos u otros objetos. Una de esas psicoquinéticas, Nina Kulagina, hizo levitar objetos pequeños como copas de vino y pelotas de tenis de mesa en entornos controlados donde los científicos la observaron.
Una teoría sostenida por algunos físicos con respecto a la levitación humana es que la mente puede acceder al nivel de energía de punto cero, el nivel de energía más bajo posible mantenido por un sistema físico mecánico cuántico, mientras se encuentra en un estado alterado de conciencia.