La Sharia es la ley islámica, que se toma del Corán y de otras fuentes dependiendo de la secta musulmana de cada uno. La ley puede aplicarse completamente en las teocracias, o puede aplicarse parcialmente, según el país. Algunos países predominantemente islámicos interpretan la Sharia y tienen sistemas judiciales seculares. Algunos tienen tribunales tanto seculares como religiosos, y otros tienen tribunales que se basan únicamente en interpretaciones estrictas de la Sharia.
Cuando se usa la Sharia en una teocracia, gobierna todos los aspectos de la vida. Le dice a uno qué comer, el castigo por adulterio, cómo se puede divorciar o qué ropa se requiere. La sharia puede modernizarse e interpretarse, pero esto es más común en países que reconocen un tribunal secular. Cuando hay separación entre la iglesia y el estado, la Sharia gobierna los comportamientos sociales, pero no establece castigos por la violación de los comportamientos sociales o por los comportamientos delictivos.
Cuando ocurre un debate sobre cierto código en la Sharia, esto se llama fiqh. No se considera incorrecto intentar el fiqh para poder interpretar mejor la Sharia. Se pueden considerar otros libros además del Corán al determinar la ley. Por ejemplo, los musulmanes sunitas tienden a usar tanto el Corán como la Sunna para determinar las leyes. Algunos musulmanes usan solo el Corán como guía legal.
La interpretación de la Sharia y su importancia se reduce a cuatro grupos básicos de pensamiento islámico. Los salafis abogan por el regreso a las viejas costumbres islámicas e intentan seguir estrictamente las leyes del Corán. Los musulmanes secularistas desean una separación clara entre la Sharia y las leyes civiles y penales. Los tradicionalistas tienden a seguir la Sharia pero intentan reconciliarla con el mundo moderno, particularmente en el caso de los derechos de las mujeres. Los reformadores respaldan las nuevas teorías islámicas sobre los procedimientos legales, particularmente en lo que se refiere a las mujeres modernas.
La interpretación de la Sharia puede provocar disensiones entre las sectas musulmanas y los diferentes países islámicos. Sin embargo, ciertas leyes son siempre aplicables. La blasfemia, por ejemplo, nunca está permitida. Sin embargo, los códigos sobre vestimenta, divorcio, circuncisión y leyes dietéticas son muy interpretativos. Es valioso comprender el grado en que un país se adhiere a la Sharia tradicional antes de visitar ese país.