La mayoría de los padres están profundamente preocupados por la seguridad de sus hijos, razón por la cual muchos ahora consideran inscribir a los niños en clases de defensa personal. Sin embargo, algunos padres sienten que estas clases pueden crear problemas imprevistos para sus hijos. Los niños que toman clases pueden preocuparse más de lo necesario o sentirse inseguros o desconfiados de los demás. La clave es encontrar clases que creen un equilibrio saludable entre enseñarle a un niño cómo estar seguro sin asustarlo. El momento en que un niño debe tomar uno varía según el niño en particular.
Algunos padres descubren que prefieren enseñarles a sus hijos la autodefensa preliminar. Esto debería incluir enseñarle a un niño qué hacer si está separado de sus padres en público y enseñarle a no acercarse a las personas en automóviles y a no hablar con adultos desconocidos, entre muchos otros temas. A menos que un padre sea un instructor de artes marciales con una personalidad muy tranquila, enseñarle a un niño cómo luchar contra un atacante no será sencillo.
Muchos expertos en seguridad infantil recomiendan que los niños de entre 6 y 12 años tomen clases. Los niños mayores, mayores de 12 años, también deben volver a tomar uno para refrescarse y practicar más. Siendo realistas, una clase basada en la teoría solo puede llevar a un niño hasta cierto punto. Practicar movimientos para luchar contra un atacante aumenta las posibilidades de que recuerde qué hacer si es atacado.
Para que los padres se sientan más cómodos con el material presentado, los instructores generalmente pueden dar tiempo a los padres con anticipación para revisar el material. Algunas clases incluso se ofrecen para familias enteras, lo que puede ser una excelente manera para que una familia esté más consciente de los comportamientos de riesgo y la seguridad infantil en general.
Tenga cuidado con las clases de defensa personal en las que el material no está fácilmente disponible o cuando un instructor no responde preguntas sobre el curso. Cualquiera que tenga algún conocimiento sobre la protección de los niños sabe que no debe permitir que una persona desconocida instruya a sus hijos, y los maestros deben ser particularmente conscientes de esto. Los padres también pueden querer obtener recomendaciones de las escuelas, de las comisarías de policía locales o de otros padres. Esto puede ayudarlos a analizar las muchas opciones disponibles para los niños para elegir las mejores.
Si su hijo está inscrito en una clase de defensa personal solo para niños, considere tomar un curso de actualización usted mismo. Un solo curso no es un escudo contra los ataques ni una garantía de que una persona dañina no se acercará a un niño. Aprender y practicar frente a sus hijos puede ser un modelo excelente para sus hijos. Además, las discusiones sobre cuestiones de seguridad deben ser continuas, en lugar de un evento único.
Hay muchas formas de enseñarle a un niño la seguridad básica si él o ella no están listos para participar en una clase. Estos vienen en forma de videos o folletos para niños proporcionados gratuitamente por muchas organizaciones de protección infantil. Esto puede ayudarlo a iniciar conversaciones con sus hijos sobre el comportamiento seguro.