Un regalo de empuje es un regalo que se le da a una nueva madre poco después de dar a luz. Mucha gente no es consciente de que los obsequios a las madres recién entregadas son en realidad una tradición antigua, aunque el término vulgar «empujar el presente» es relativamente nuevo. Estos obsequios están destinados a conmemorar las luchas del trabajo de parto y el parto, y para celebrar el cumpleaños del nuevo miembro de la familia. Normalmente los da el padre.
La evidencia arqueológica sugiere que los hombres han estado dando obsequios a las madres recién nacidas durante miles de años. Ciertamente, tales obsequios eran comunes en la Edad Media, cuando a las madres se les entregaban obsequios para conmemorar el nacimiento. Estos obsequios a menudo tomaban la forma de joyas, una tradición que se ha conservado hasta el día de hoy. Además de las joyas, algunas madres recibieron regalos de tierras y otros regalos útiles, especialmente cuando dieron a luz a un heredero del apellido. Muchas de estas mentiras históricas en regalos eran bastante prácticas; se aseguraron de que las mujeres tuvieran riquezas propias para mantenerse si algo les sucedía a sus cónyuges, ya que en muchas culturas la propiedad pasaba directamente al hijo mayor, sin pasar por la esposa.
En Europa, la tradición de dar obsequios a las nuevas madres ha persistido hasta el día de hoy, pero la popularidad de tales obsequios experimentó una breve disminución en la cultura estadounidense, excepto entre familias muy tradicionales. En la década de 1990, el regalo de reposo se modificó y se convirtió en el regalo de empuje, a veces llamado «chuchería para bebés», aunque la industria de la joyería tiende a preferir el «regalo de parto», más educado.
El push present ha sido un tema de controversia en algunos círculos. Muchos críticos han notado que estos obsequios tienden a darse principalmente entre familias ricas, y algunas personas han sugerido que hay un elemento de codicia en el presente de empuje. En 2007, numerosas publicaciones incluyeron artículos mordaces sobre el presente push, criticando a las mujeres que “educaban” a sus maridos y sugiriendo que el nacimiento de un niño sano debería estar lo suficientemente presente.
Hay un cierto encanto en esta antigua tradición que los críticos han pasado por alto. La idea de agradecer a una mujer por llevar y dar a luz a un bebé no es terriblemente escandalosa, ya que, después de todo, es mucho trabajo. Muchas mujeres aprecian sus dones de parto como reliquias, y no es raro verlos transmitidos de generación en generación. Un regalo de nacimiento tampoco tiene por qué ser una joya; los padres con ingresos menos prescindibles pueden dar regalos como cupones para lavar los platos, cambiar pañales o cuidar niños para una noche de chicas.