Los conflictos tienen lugar en muchas áreas de la actividad humana y, a menudo, surgen muy temprano en la vida. Por lo tanto, es importante que se les enseñe a los niños las estrategias disponibles para evitar la escalada del conflicto y buscar un resultado positivo. Las actividades de resolución de conflictos para los niños son una herramienta importante para ayudarlos a lidiar con la resolución de conflictos en la escuela y en la vida familiar, y puede ayudarlos a desarrollar estrategias para lidiar con los conflictos que encontrarán a lo largo de sus vidas. Los diferentes tipos de actividades de resolución de conflictos incluyen juegos de roles que permiten a los niños ensayar su enfoque del conflicto utilizando situaciones prácticas y les permite utilizar estrategias como el compromiso y la colaboración.
Las actividades de resolución de conflictos proceden delineando una situación de conflicto y sugiriendo posibles enfoques al problema. El enfoque más agresivo y competitivo podría no siempre lograr el mejor resultado y, por lo tanto, se debe alentar a los niños a considerar los méritos del compromiso o la colaboración con su oponente. Las actividades de resolución de conflictos pueden proceder pidiendo a los niños sugerencias sobre las mejores formas de lograr una resolución o mediante un juego de roles que involucre a individuos o equipos en la negociación de la resolución del conflicto. El resultado del juego de roles podría conducir a una retroalimentación adicional que pueda resaltar los errores cometidos en la negociación del problema y sugerencias para mejorar.
Se puede alentar a los niños a discutir cómo y por qué surgen los conflictos y obtener una idea de las razones por las que el conflicto es inevitable cuando las personas participan en la búsqueda de sus propias metas en la vida. Después de comprender por qué surge el conflicto, los niños estarán en una mejor posición para ver que el oponente en un conflicto no debe ser visto como un enemigo, sino como otra persona que lucha por lograr el resultado deseado. Esta es una base para comprender la necesidad de tener en cuenta los objetivos de la otra persona al encontrar una solución. Las actividades de resolución de conflictos pueden reforzar esta enseñanza asignando metas establecidas a dos grupos de niños y desafiándolos a encontrar una resolución del conflicto que permita a ambas partes lograr la mayoría de sus objetivos.
Otra cosa que se les puede enseñar a los niños es que diferentes estrategias de resolución de conflictos pueden ser apropiadas en diferentes situaciones. La colaboración puede ser la mejor estrategia cuando se puede construir un nivel de confianza entre las partes o cuando el conflicto involucra cuestiones importantes para terceros. Puede practicarse mediante actividades de resolución de conflictos que se ocupen de situaciones en las que se deben tener en cuenta las necesidades de otras personas. En algunas situaciones, cuando el problema no es muy importante para una persona o cuando la colaboración no ha tenido éxito, el compromiso puede ser la mejor solución. Las actividades de resolución de conflictos pueden diseñarse para reflejar este tipo de situación.