El ftalato se refiere a cualquiera de una gama de productos químicos llamados ésteres de ftalato, que se utilizan en contextos industriales para aumentar la flexibilidad de los plásticos como el cloruro de polivinilo (PVC). El ftalato se usa en una variedad de productos distintos de los plásticos, como productos de cuidado personal, pegamentos, pinturas y productos farmacéuticos. Hay docenas de variedades de ftalato, que se produjo por primera vez en la década de 1920. Se elaboran haciendo reaccionar una sustancia química llamada anhídrido ftálico con ciertos alcoholes, que se pueden variar para dar al producto final características específicas.
El ftalato crudo tiene la apariencia y la textura de un aceite vegetal transparente, con poco o ningún olor. Se biodegrada fácilmente, por lo que no se acumula a niveles tóxicos en el medio ambiente. Desde su introducción, el grupo de sustancias químicas de los ftalatos se ha sometido a una extensa investigación y pruebas para averiguar qué riesgos para la salud, si los hay, representan para los seres humanos. Se han planteado algunas preocupaciones de salud acerca de la presencia de ftalatos en los biberones y otros elementos que podrían causar que las personas los ingieran.
Las preocupaciones sobre los efectos negativos para la salud de los ftalatos han llevado en algunos casos a la eliminación gradual de estos productos químicos en América del Norte y Europa. Algunas jurisdicciones han prohibido el uso de ftalatos en juguetes para niños y productos similares. Estas preocupaciones han surgido a raíz de los efectos observados en animales de prueba en condiciones de laboratorio. Se observó que los altos niveles de ftalatos se correlacionan con cambios hormonales y defectos de nacimiento, así como con otros daños al hígado y al sistema reproductivo de los roedores. Se han realizado algunos estudios que también indican efectos nocivos en humanos de estas sustancias.
Debido a la naturaleza ubicua de los ftalatos, el debate sobre su uso se ha politizado un poco, como lo demuestran las regulaciones gubernamentales que restringen su uso en algunos lugares. Los ftalatos se utilizan en algunos tipos de PVC, pero no en todos. El PVC, que está etiquetado como Tipo 3 para fines de reciclaje, a veces contiene ftalatos, aunque generalmente no hay una forma de saberlo con certeza, aparte de un análisis químico. No es necesario marcar la presencia o ausencia de ftalatos en los productos de PVC. Sin embargo, algunos fabricantes lo han hecho de todos modos, a la luz de la preocupación que tienen muchos consumidores con respecto a estos productos químicos, especialmente en productos para bebés.
Si bien algunos estudios indican que el ftalato representa un peligro para los seres humanos y los animales, otros no han encontrado tal correlación. Este hecho significa que el debate sobre su grado de seguridad sigue sin resolverse. Muchos de los efectos nocivos de estos productos químicos solo se han observado en casos de exposición inusualmente alta, y será necesario realizar más pruebas y estudios para determinar su seguridad.