El síndrome del espejo, también conocido como síndrome de Ballantyne e hidropesía materna, es una afección que afecta a las mujeres embarazadas. Es un trastorno poco común en el que la retención de agua en mujeres embarazadas refleja los cambios hidrópicos fetales. Eso significa que hay una acumulación de líquido debajo de la piel o en una cavidad tanto en la madre como en el feto y, por lo general, también en la placenta. A veces se lo denomina edema triple, que indica la retención de líquidos en los tres lugares. El síndrome del espejo está asociado con la preeclampsia, lo que significa que la retención de líquidos está relacionada con la hipertensión o presión arterial alta.
Además de la presión arterial alta y la retención de agua, otros indicadores del síndrome del espejo incluyen proteínas en la orina, vómitos y una sensación general de enfermedad en la mujer embarazada. Este síndrome es peligroso tanto para la madre como para el feto y debe ser controlado cuidadosamente por un médico. La madre puede experimentar una obstrucción de la vejiga o una vejiga rota y el feto puede morir. Los casos extremos ameritan una cesárea de emergencia.
Las causas del síndrome del espejo incluyen trastornos obstétricos generales, trastornos inmunológicos, infecciones y malformaciones. Muchas veces se desconoce la causa de la hidropesía fetal y, sin conocer la causa, es difícil de tratar. Hasta que se conozca definitivamente la fisiopatología que causa la hidropesía fetal, cualquier tratamiento podría ser peligroso y dañino, por lo que los médicos deben investigar todas las anomalías que podrían desencadenar el trastorno. Una vez que se descubre el edema fetal, generalmente durante una ecografía, los médicos evaluarán a la madre para detectar el síndrome del espejo para determinar el mejor recurso.
Dependiendo de la causa, y si se conoce o no, el médico generalmente ordenará primero a la madre a un régimen estricto de reposo en cama para reducir el edema y la hipertensión. Cada caso de síndrome del espejo es único, por lo que cada caso requerirá un plan de tratamiento diferente, si es que se brinda algún plan de tratamiento. La cirugía fetal es extremadamente riesgosa en estos casos y no suele recomendarse. El parto es siempre la mejor solución, pero dependiendo del punto de gestación, a veces esta no es una opción inmediata.
Si, de hecho, los médicos pueden determinar con precisión la causa de la hidropesía fetal, el tratamiento dependerá de la causa. Los tratamientos pueden incluir transfusiones para corregir la anemia, medicamentos para la arritmia cardíaca, reducción de lesiones que impiden el retorno cardíaco venoso o linfático o procedimientos para detener la pérdida de sangre. A veces, a la madre también se le pueden administrar medicamentos, pero el mejor curso de acción para el síndrome del espejo siempre es la detección temprana, de modo que el edema pueda controlarse antes de que se produzca demasiado daño.