Un exantema es una erupción, que incluye enrojecimiento, protuberancias y, a veces, pústulas, que cubre una gran área del cuerpo. Las personas pueden desarrollar tales erupciones como resultado de la exposición a toxinas, una infección o una mala reacción a los medicamentos. El tratamiento de la erupción depende de identificar la causa subyacente y manejarla de manera adecuada mientras se brinda al paciente un tratamiento de apoyo para prevenir complicaciones. Un dermatólogo puede participar en la atención, junto con un especialista que puede tratar el problema subyacente que causa la erupción.
El exantema es un problema famoso en los niños, ya que varias enfermedades infantiles como la rubéola, la roséola, la escarlatina y el sarampión se asocian con una erupción rojiza distintiva. La erupción puede aparecer primero en áreas sensibles y sensibles del cuerpo, extendiéndose con el tiempo. Los adultos también pueden desarrollar una erupción en todo el cuerpo. La erupción puede picar, cosquillear o picar, dependiendo de la causa, y el paciente también puede desarrollar fiebre y otros síntomas como tos o desorientación.
Cuando se identifica un exantema, el primer paso es averiguar por qué. Si la erupción es causada por una toxina, puede ser necesario administrar medicamentos para revertir la acción de la toxina o para brindar cuidados de apoyo para ayudar al cuerpo del paciente a metabolizar y expresar el compuesto tóxico. Las toxinas pueden causar problemas como dificultad para respirar y problemas cardíacos, por lo que es importante controlar cuidadosamente al paciente durante el tratamiento para detectar signos de complicaciones.
Para las erupciones causadas por infecciones bacterianas o virales, se necesitan medicamentos para matar el organismo que causa la infección, junto con un tratamiento de apoyo. Los baños fríos pueden ayudar a reducir la fiebre y los pacientes también pueden beneficiarse de las cremas calmantes para tratar la picazón y la irritación del sarpullido. A veces, el exantema es el resultado de una reacción autoinmune, donde el cuerpo del paciente comienza a atacarse a sí mismo, a menudo como consecuencia de una infección sistémica. En estos casos, los medicamentos para inhibir la actividad inmunológica pueden ayudar a reducir la erupción.
En las reacciones adversas a los medicamentos, se debe retirar el medicamento que causa el exantema y es posible que el paciente necesite otro tratamiento de apoyo. Esto puede incluir un nuevo medicamento para tratar la afección que estaba tratando el medicamento original, junto con el monitoreo de signos de reacciones adversas adicionales como daño orgánico. Un médico anotará la reacción al fármaco en la historia clínica del paciente para evitar administrar ese medicamento en el futuro. Los pacientes que tienen antecedentes de exantema después de tomar ciertos medicamentos deben informar a sus médicos para que sepan que no deben recetar medicamentos relacionados.