La leucoplasia oral generalmente se refiere a lesiones precancerosas orales. Por lo general, la leucoplasia oral se observa en el tejido interno de la mejilla o puede desarrollarse en cualquier parte de la lengua. Comúnmente, la leucoplasia se desarrolla como resultado de una irritación crónica. Algunas fuentes de irritantes que pueden contribuir a la incidencia de leucoplasia oral incluyen irritación por dentaduras postizas mal ajustadas, fumar o mascar tabaco. Las personas que mastican tabaco suelen mantener la sustancia en la boca durante períodos prolongados, lo que contribuye a la irritación bucal.
Una afección llamada leucoplasia pilosa es una forma de la afección que puede observarse en el paciente inmunodeprimido. La leucoplasia pilosa puede ser el signo inicial de una infección por VIH. Aunque esta afección puede indicar un signo o síntoma del VIH, también puede ser causada por un trasplante de médula ósea o por los virus de Epstein Barr.
La leucoplasia oral también puede parecerse a una afección llamada aftas. La candidiasis se refiere a una infección similar a la levadura causada por una sustancia llamada cándida. La candidiasis bucal se asocia comúnmente con condiciones de inmunodeficiencia como el VIH.
Los síntomas típicos de la leucoplasia oral pueden incluir lesiones cutáneas en la lengua y las mejillas. Aunque las lesiones suelen ser de color gris o blanco, también pueden ser rojas. Las lesiones orales rojas se conocen como eritroplasia. Estas lesiones bucales pueden estar levemente elevadas, duras y levemente engrosadas. Alternativamente, los parches bucales de la leucoplasia vellosa pueden aparecer blancos y difusos. Estas lesiones suelen ser indoloras y suelen encontrarse en la lengua.
Generalmente, el diagnóstico de leucoplasia oral se puede hacer después de que el médico observe la lesión. Las manchas blancas generalmente se desarrollan durante meses y pueden volverse ásperas y sensibles al calor, al tacto o al picante de los alimentos. En ocasiones, el médico puede recomendar una biopsia de la leucoplasia oral. Una biopsia puede mostrar cambios o mutaciones que pueden ser diagnósticos de cáncer oral.
El tratamiento de la leucoplasia oral puede incluir la eliminación completa de la lesión bucal. Eliminar las fuentes irritantes, como las dentaduras postizas o las coronas dolorosas, puede contribuir al proceso de curación. Los pacientes también deben dejar de fumar y mascar tabaco, ya que contribuyen en gran medida a la irritación de las membranas oral y mucosa. A menudo se aconseja a los pacientes que busquen la ayuda de su médico si no pueden dejar de consumir productos de tabaco por sí mismos.
Ocasionalmente, se puede utilizar una intervención quirúrgica para extirpar la lesión. Las leucoplaquias orales se eliminan con mayor frecuencia en el consultorio del médico o en un entorno ambulatorio. Se utiliza anestesia local para adormecer la cavidad bucal, de modo que la lesión se pueda extirpar eficazmente sin dolor. La mayoría de las veces, la leucoplasia es benigna e inofensiva. Estas lesiones orales comúnmente se resuelven por sí mismas en unos pocos meses si se eliminan eficazmente las fuentes irritantes. Se aconseja a los pacientes que notifiquen a su médico si notan alguna anomalía oral.