Los espárragos, un vegetal verde que pertenece a la familia de las azucenas, tienen un efecto secundario notorio para algunos comensales que comen lo suficiente. Al cabo de media hora de consumo, algunas personas notan que su orina ha adquirido un olor muy penetrante, a menudo en comparación con el repollo podrido, el amoníaco o los huevos podridos. Los efectos de los espárragos en la orina son generalmente fugaces e inofensivos, pero no es necesariamente el mejor momento para el consumidor en cuanto a excreción corporal.
La buena noticia es que los espárragos no afectan a todos de esta manera. Los estudios realizados sobre el fenómeno de la «orina de espárragos» (¿no te alegra no haber sido voluntario?) Indican que aproximadamente del 40 al 50 por ciento de los examinados desarrollaron el olor distintivo. Sorprendentemente, también hay un segmento de la población que no puede oler los vapores sulfurosos de la orina mezclada con espárragos. Se cree que tanto la generación de la orina olorosa como la capacidad de olerla se basan en la genética. Solo aquellos con cierto gen pueden descomponer las sustancias químicas dentro de los espárragos en sus componentes malolientes, y solo aquellos con el gen adecuado pueden oler los resultados de esa descomposición química. Además, las dos habilidades no siempre están incorporadas en una sola persona. Es decir, quienes lo producen, no siempre pueden olerlo, y quienes pueden olerlo no necesariamente lo producen.
Los científicos aún no están del todo seguros de qué conjunto de compuestos químicos contenidos en las nutritivas hortalizas de primavera causan realmente la orina maloliente. Los propios tallos no adquieren un olor similar a medida que se preparan, por lo que es muy probable que ocurra lo que suceda después de la ingestión. Los expertos creen que aquellos con un determinado gen producen una enzima digestiva que descompone los espárragos en varios compuestos químicos. Uno de esos compuestos se llama metilmercaptano, que es el mismo químico que le da a la mofeta su olor defensivo. Una teoría sugiere que la verdura se descompone rápidamente en el cuerpo y una enzima libera metilmercaptano, que finalmente pasa por los riñones y se excreta como un producto de desecho en la orina.
Otros sugieren que el olor es creado por otros compuestos químicos llamados tioésteres. También existe un compuesto llamado ácido espárrago, que, sorprendentemente, no se encuentra principalmente en los espárragos. Si estos compuestos se descomponen y se mezclan con la enzima creada genéticamente, los resultados podrían ser una orina con olor fuerte. En realidad, este olor se considera una buena noticia, ya que demuestra que los riñones del comedor de espárragos funcionan como deberían.