El sistema de gobierno francés es un sistema semipresidencialista que otorga un gran valor a la separación de poderes, junto con las libertades de los ciudadanos. La Constitución de 1958 establece la mayoría de los principios que rigen al país, y periódicamente se añaden adiciones para mantenerla actualizada y útil. Aunque la Constitución francesa no incluye específicamente una Declaración de Derechos, la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, escrita en 1789, se menciona en la Constitución. Este documento jugó un papel importante en la Revolución Francesa, al detallar derechos y principios que se creían vitales para vivir feliz y libremente. El lema de la nación es liberte, egalite, fraternite, que se traduce como «libertad, igualdad, hermandad».
Tres ramas diferentes componen el gobierno francés: la rama presidencial, la rama legislativa y la rama judicial. Los poderes de la rama presidencial se dividen entre el presidente y un primer ministro que él o ella designa. El poder legislativo se divide en una Asamblea Nacional, votada por la población, y un Senado, designado por un colegio electoral. El poder judicial es bastante complejo y extenso, con un Tribunal de Casación que actúa como tribunal de última instancia y un Consejo de Estado para proporcionar revisión judicial e interpretar las leyes.
Múltiples partidos políticos trabajan en conjunto con el marco del sistema de gobierno francés. A menudo forman coaliciones cooperativas para lograr cosas que no podrían hacer individualmente. Dos grandes coaliciones representan partidos de izquierda y derecha, y una suele controlar al gobierno en un período de tiempo determinado. Los diversos partidos dentro del gobierno permiten una mayor variedad de ideas dentro del gobierno, lo que lleva a una legislación y una reforma más progresistas.
Todos los ciudadanos franceses mayores de 18 años pueden votar en las elecciones. Los delincuentes condenados pueden tener su derecho de voto reducido en determinadas circunstancias. Para postularse para un cargo público, un ciudadano debe estar registrado como votante, y la comisión de ciertos delitos puede impedir que alguien se postule para un cargo. El presidente es elegido por un período de cinco años, al igual que los miembros de la Asamblea Nacional. Los senadores son nombrados por períodos de seis años, con un tercio del Senado rotando a la vez.
El primer ministro es una figura interesante en el sistema de gobierno francés. Para servir, él o ella deben ser aprobados por la Asamblea Nacional, que puede expulsar tanto al presidente como al primer ministro con un voto. Esto a veces puede conducir a una situación en la que el presidente y el primer ministro tienen creencias de partido diferentes, para satisfacer a la Asamblea Nacional. El primer ministro toma una serie de decisiones ejecutivas, que están sujetas a revisión por otras ramas.