¿Qué son las plantas epífitas?

Las plantas epífitas son plantas que dependen de otras plantas para su apoyo, que crecen en troncos y ramas en lugar de enraizarse en el suelo o el fondo marino, en el caso de las epífitas acuáticas. Se estima que hay alrededor de 30,000 especies de plantas epífitas en todo el mundo, con aproximadamente la mitad de esas especies que viven en la selva tropical. La proliferación de tales plantas ilustra cuán efectivo puede ser su estilo de vida.

Estas plantas no son parásitas: no obtienen ningún nutriente de sus huéspedes. En cambio, recolectan nutrientes del aire o del agua a su alrededor, confiando en su anfitrión para proporcionarles apoyo físico en forma de un lugar al que llamar hogar. Las plantas epífitas vienen en una amplia gama de formas, tamaños y colores, todas las cuales producen abundantes semillas para garantizar que las plantas continúen sobreviviendo. A diferencia de las plantas en el suelo, las epífitas no pueden contar con una alta tasa de germinación, ya que sus semillas tienen que aterrizar en el lugar correcto.

En la selva tropical, las plantas epífitas se acumulan en el dosel del bosque. Debido a que pueden crecer en el aire, pueden posicionarse en un lugar soleado, poniéndolos en ventaja sobre las plantas en el suelo, que están muy sombreadas. Vivir en el dosel también les da a las plantas epífitas acceso a una gran variedad de animales e insectos que rara vez se ven cerca del suelo, y a más agua. Muchos animales usan epífitas en la selva tropical como hábitats, viviendo en los huecos creados por sus hojas.

Las orquídeas son un grupo muy conocido de epifitas, al igual que las bromelias. Estas plantas tropicales son físicamente bastante llamativas, y también son plantas de interior populares. Las epifitas también se pueden encontrar en el océano, uniéndose a varias algas marinas y en bosques templados. Algunos investigadores consideran que estas plantas son un gran ejemplo de evolución convergente, ya que numerosas especies de plantas adaptaron características epífitas, lo que sugiere que el estilo de vida epifítico es una progresión lógica en la evolución de las plantas.

Aunque las plantas epifitas no son parásitas, aún pueden dañar a sus huéspedes. Algunos despojan la corteza protectora a medida que ponen raíces, por ejemplo, y muchos sombrean las hojas de sus anfitriones, evitando que realicen la fotosíntesis. Las plantas epífitas también pueden atraer insectos que pueden dañar un árbol, y pueden aumentar la resistencia al viento, lo que puede ser peligroso para los árboles en áreas ventosas. Naturalmente, las epífitas no quieren matar a sus anfitriones, sin embargo, muchos han evolucionado para vivir de la manera más simbiótica posible en una relación de beneficio mutuo. Por ejemplo, las epifitas pueden almacenar agua y nutrientes que pueden ser utilizados por sus anfitriones.