El gorila de Cross River es un simio en peligro crítico de extinción cuyo hábitat se limita a una sección remota de la frontera entre Nigeria y Camerún. Este gorila lleva el nombre del río Cross, una vía fluvial que atraviesa ambos países. Este gorila es una de las dos especies de gorila occidental, siendo el gorila occidental de tierras bajas la otra. Los avistamientos del gorila del río Cross son tan raros que se creía que se extinguieron hasta finales del siglo XX. Dado el nombre científico de gorila gorilla diehli en 1904, la escasez de esta especie ha dificultado su estudio, por lo que no se sabe tanto sobre este tipo de gorila como las otras especies de gorilas.
Los gorilas son los simios más pesados, y el gorila de Cross River pesa más que la mayoría, superado en tamaño solo por el gorila de las tierras bajas orientales. Aunque las medidas exactas no están disponibles para estas esquivas criaturas, se cree que los machos adultos de gorilas de Cross River tienen un promedio de 180 kilogramos. La fruta es su alimento básico principal cuando está en temporada, y la complementan al comer hojas, bulbos, corteza, hormigas y flores.
La baja tasa de reproducción del gorila del río Cross ha hecho problemática la supervivencia de esta especie. Las hembras solo se reproducen una vez cada cuatro o seis años, y generalmente solo tienen un bebé en cada nacimiento. Las hembras no comienzan a reproducirse hasta que tienen unos 10 años, y cada hembra generalmente no produce más de tres o cuatro crías que sobreviven hasta la madurez durante su vida. Los machos de gorila de Cross River no maduran sexualmente hasta más tarde, generalmente comienzan a reproducirse alrededor de los 15 años.
Se estima que quedan menos de 300 gorilas de Cross River. Los sobrevivientes están separados, formando grupos pequeños y aislados, por lo que la endogamia es otro factor que ha contribuido a su disminución en el número. También están en peligro por los humanos, que los cazan por su carne y sus huesos, que se utilizan en remedios curativos.
Esta caza y la pérdida de hábitat a medida que sus hogares forestales están siendo arrasados para la tala y la creación de tierras de cultivo han creado una crisis para la supervivencia de la especie. Aunque es difícil compilar estadísticas precisas, se cree que algunos años muchos más de estos simios son asesinados que nacidos. Nigeria, Camerún y varias agencias de vida silvestre se han dirigido a estos gorilas en busca de ayuda, ya que los números que disminuyen rápidamente hacen evidente que esta especie pronto se extinguirá sin intervención humana.