Un análisis ambiental en la gestión estratégica juega un papel crucial en las empresas al identificar las oportunidades o amenazas actuales y potenciales fuera de la empresa en su entorno externo. El entorno externo incluye eventos o tendencias políticas, ambientales, tecnológicas y sociológicas que pueden afectar al negocio directa o indirectamente. Un análisis ambiental generalmente se realiza como parte de un análisis de fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas (FODA) cuando se desarrolla un plan estratégico. Los gerentes que practican la gestión estratégica deben realizar un análisis ambiental trimestral, semestral o anualmente, dependiendo de la naturaleza de la industria del negocio. Ser capaz de identificar eventos o condiciones en los entornos externos ayuda a las empresas a lograr una ventaja competitiva y disminuir su riesgo de no estar preparados cuando se enfrentan a amenazas inminentes.
El propósito de un análisis ambiental es ayudar en el desarrollo de estrategias manteniendo informados a los responsables de la toma de decisiones dentro de una organización sobre el entorno externo. Esto puede incluir el cambio de partidos políticos, el aumento de las regulaciones para reducir la contaminación, los desarrollos tecnológicos y la demografía cambiante. Si se desarrolla una nueva tecnología y se utiliza en una industria diferente, un gerente estratégico vería cómo esta tecnología también podría usarse para mejorar los procesos dentro de su negocio. Un análisis permite a las empresas obtener una visión general de su entorno para encontrar oportunidades o amenazas.
Un análisis FODA se realiza como parte del proceso de planificación estratégica de una empresa. El análisis interno revisa las fortalezas y debilidades de la empresa, mientras que el análisis ambiental externo analiza las oportunidades y amenazas. El papel del análisis ambiental en la gestión estratégica es encontrar oportunidades y amenazas potenciales, y crear un plan para aprovechar las oportunidades o evitar amenazas. Si no se puede evitar una amenaza, como un cambio demográfico que está causando una disminución en las ventas, entonces se debe crear un plan para minimizar sus efectos. Por ejemplo, la empresa podría desarrollar un producto dirigido a la nueva mayoría demográfica.
La frecuencia con la que se debe realizar este tipo de análisis depende de la naturaleza de la industria. Si la industria es rápida o susceptible a cambios en la legislación, entonces la empresa debería considerar hacer su análisis trimestral o semestralmente. Una industria que no enfrenta cambios constantes o que no es sensible a los cambios en el entorno externo solo puede necesitar un análisis anual. Una empresa que realiza un análisis ambiental a menudo es más consciente de las oportunidades que se abren y puede aprovecharlas más rápido que sus competidores. Aumentar la frecuencia con la que se realiza un análisis ambiental también puede ayudar a la empresa a ver los riesgos potenciales antes, lo que le da tiempo adicional para desarrollar un plan estratégico para evitar o disminuir sus posibles efectos.
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