Una inversión de deuda es cualquier tipo de oportunidad financiera que implica la adquisición de emisiones de bonos u obligaciones como un medio para invertir en una empresa. Este tipo de actividad de inversión es una alternativa a la elección de comprar cualquier acción emitida por esa compañía, y generalmente generará retornos de una manera ligeramente diferente. Como todas las opciones de inversión, una inversión de deuda conlleva cierto grado de riesgo, aunque este enfoque se considera menos volátil que muchas otras estrategias.
Una de las características de una inversión de deuda es que el inversionista esencialmente está otorgando un préstamo a la compañía, con la expectativa de que el préstamo eventualmente se reembolsará con intereses. Por ejemplo, comprar un bono emitido por una compañía generalmente significa que cuando el bono está completamente maduro, el inversor no solo recibe la inversión original total sino también un poco más. Esto es diferente de comprar acciones de acciones comunes o preferidas, ya que siempre existe la posibilidad de que el valor de esas acciones se hunda por debajo del precio de compra original, lo que resulta en poco o ningún dividendo para compensar la pérdida.
Este aspecto de una inversión de deuda tiende a hacer que este enfoque particular para generar retornos sea menos riesgoso para los inversores. No es inusual que los emisores de bonos y obligaciones garanticen algún tipo de seguro que al menos cubra el precio de compra original pagado por el inversor, y posiblemente incluso parte de los intereses adeudados, si el emisor repentinamente no puede cumplir con el obligación. Dado que las tasas aplicadas a una inversión de deuda suelen ser equitativas teniendo en cuenta el grado de riesgo que asume el inversor, este enfoque puede valer la pena considerarlo para cualquier inversor que necesite inversiones relativamente seguras para equilibrar con empresas de mayor riesgo en su cartera.
Si bien una inversión de deuda es más segura que muchos otros tipos de inversiones, es importante tener en cuenta que existe cierto riesgo. Incluso si el emisor ha asegurado algún tipo de protección de seguro para ayudar a reembolsar a los inversores en caso de una emergencia imprevista, esa cobertura puede o no liquidar el monto total adeudado. Además, si el bono está estructurado con la capacidad de cancelar la emisión con anticipación, el inversionista podría terminar ganando mucho menos en la empresa, perdiendo inversiones más lucrativas e igualmente seguras en el ínterin. Por esta razón, los inversores no deben hacer suposiciones acerca de una inversión de deuda al proyectar los retornos, sino tomarse el tiempo para determinar la cantidad de ganancias que resultaría de un fracaso del negocio del emisor o una llamada anticipada sobre la emisión de bonos.
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