El desarrollo personal en el trabajo es el proceso de cambiar comportamientos o mejorar actitudes relacionadas con el entorno laboral. Una persona que quiere comenzar a desarrollarse personalmente en el trabajo debe comenzar analizando sus comportamientos, tanto positivos como negativos, que tienen un impacto en la productividad y la eficiencia, así como en la satisfacción laboral. El empleado puede hacer esto de varias maneras: puede participar en un seminario de desarrollo personal, trabajar con un entrenador de desarrollo o simplemente trabajar con un colega o gerente que esté dispuesto a ayudar a elaborar un plan de desarrollo.
Anotar metas para el desarrollo personal del empleado en el trabajo es una excelente manera de proporcionar una motivación constante. El empleado puede consultar continuamente una lista escrita de objetivos para mantener el enfoque y la motivación durante un día de trabajo. Las metas pueden ser tan simples como ponerse de pie cada 15 minutos para caminar por la salud, o tan complejas como reorganizar el sistema de archivo para una mayor eficiencia. El empleado puede controlar si él o ella ha cumplido los objetivos del día simplemente mirando la lista publicada de objetivos escritos.
Trabajar en equipo para lograr el desarrollo personal en el trabajo ayuda a construir una atmósfera más cooperativa y alivia parte de la carga de tener que mantener la motivación. Si varias personas están trabajando para lograr el mismo objetivo, las posibilidades de que se logre ese objetivo aumentan sustancialmente. Los compañeros de trabajo también pueden proporcionarse motivación y apoyo durante todo el proceso. Dos o más empleados pueden reunirse regularmente o semi-regularmente para discutir el progreso y generar ideas para mejorar el proceso o alterar los resultados de ciertos objetivos de desarrollo personal. Esto es particularmente útil si un empleado se asocia con un gerente o supervisor.
Desarrollar un sistema de incentivos es otra excelente manera de abordar el desarrollo personal en el trabajo. Los gerentes pueden ofrecer aumentos o bonos basados en actividades de desarrollo personal, aunque las recompensas más simples también pueden ser efectivas y apropiadas. Si, por ejemplo, un empleado mejora un determinado comportamiento o logra una meta dentro de un período de tiempo establecido, el gerente puede ofrecer un certificado de reconocimiento o un certificado de regalo a una tienda o restaurante como recompensa. Ofrecer tales recompensas en público frente a otros empleados puede actuar como motivación para otros empleados y proporcionar a ese empleado específico que alcanzó un objetivo con un sentido de orgullo que puede fomentar un mayor crecimiento en el futuro.
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