¿Qué es la radiónica?

La radiónica es una forma de tratamiento de la enfermedad que fue inventada a principios del siglo XX por el neurólogo estadounidense Albert Abrams. Abrams afirmó que todos los seres vivos emanaron un campo de energía que podía ser detectado y medido. También llamó a este campo una frecuencia, pero no se midió en unidades de ningún tipo. Abrams postuló que una persona sana emite diferentes frecuencias que una no saludable, y desarrolló máquinas que supuestamente pudieron detectar esta diferencia.

Inicialmente, la radiónica tuvo lugar con el sanador y el paciente muy cerca. El paciente o cliente proporcionaría una muestra de sangre, cabello o firma escrita, conocida como testigo. Esta muestra se colocaría en un recipiente en la máquina de curación. Entonces se usaría un péndulo u otro dispositivo de detección para detectar áreas del testigo en las que la tensión superficial cambió.

Se pensaba que estas áreas de tensión extraña emitían energía enferma, y ​​la energía curativa se enviaría de vuelta al paciente a través de la máquina, o la conciencia del propio sanador. Durante su vida, Abrams inventó al menos una docena de máquinas de este tipo, que nunca se vendieron pero siempre se alquilaron a los clientes con la condición de que nunca se abrieran. Todos los dispositivos fueron sellados herméticamente. El dispositivo más popular de Abrams fue el osciloclasto, que según él podía diagnosticar y curar a un cliente en función de su testigo. Este dispositivo se hizo conocido como la caja negra.

Después de su muerte en 1924, la American Medical Association (AMA) abrió uno de los dispositivos de Abrams y encontró numerosas piezas, incluido un condensador y un reóstato. No encontraron evidencia de que pudiera transmitir o recibir ondas de energía de ningún tipo. Un estudio separado realizado por la revista Scientific American en 1924, encontró que todos sus dispositivos no podían realizar las funciones que Abrams afirmaba.

En la década de 1930, una quiropráctica y naturópata estadounidense llamada Ruth Drown refinó los principios de la radiónica. Ella argumentó que el curandero y el cliente podrían estar a una gran distancia y que las habilidades curativas de la radiónica seguirían funcionando. Drown desarrolló su propia caja negra, que según ella podía enviar radiación curativa a largas distancias. Además, la caja supuestamente podía crear fotografías de radio de los órganos de un cliente, simplemente analizando una gota de su sangre. Su máquina fue probada por la Universidad de Chicago, pero no funcionó como ella afirmó.

Muchos países, incluidos los Estados Unidos y Canadá, todavía tienen grandes comunidades dedicadas a la radiónica. Ahora se dice que la curación por radiónica depende de la capacidad del profesional para llevar al cliente a un estado en el que cree que está curado. Esta curación depende de la voluntad del cliente y no ocurre durante un período de tiempo específico.

La radiónica a menudo se conoce como una forma de magia simpática. Esto se debe a que utiliza un objeto que representa a una persona, en este caso, una muestra de cabello o sangre, para afectar a la persona misma. Ninguna prueba científica ha podido confirmar ninguna de las afirmaciones hechas por los practicantes de esta forma de curación.