La rodilla del corredor, también conocida como síndrome de dolor patelofemoral, es un trastorno de la rodilla que comúnmente afecta a los atletas. En una persona con rodilla de corredor, la rodilla es dolorosa, especialmente cuando se está trabajando, y puede sentirse caliente al tacto o palpitar después de los entrenamientos. Este problema no se limita a los corredores; Cualquier atleta involucrado en un deporte que trabaje duro la rodilla, como esquiar, puede desarrollar la rodilla del corredor. Hay varias opciones de tratamiento disponibles para la rodilla del corredor, y es importante recordar que la intervención temprana es importante. A la primera señal de tensión y dolor, un atleta debe proporcionar tratamiento.
El problema generalmente no se origina en la rodilla. La rodilla del corredor suele estar causada por una mala forma de correr, que puede ser el resultado de un entrenamiento deficiente o la anatomía de un corredor. Las personas con pies planos, rodillas golpeadas y pasos naturales inusuales pueden desarrollar la rodilla del corredor. Del mismo modo, las personas con músculos subdesarrollados en las piernas y las personas que se sobreentrenan pueden lastimarse las rodillas.
Lo que sucede con la rodilla del corredor es que la rótula se mueve ligeramente desalineada, ejerciendo presión sobre el cartílago subyacente en la rodilla. El cartílago se inflama y comienza a desgastarse, causando inflamación y dolor en la rodilla. Además, los huesos de la articulación comienzan a rasparse unos contra otros, lo que causa más dolor. El dolor generalmente se centra alrededor del frente de la rodilla.
El tratamiento inmediato para la rodilla del corredor es ARROZ: descanso, hielo, compresión y elevación. Esto reduce la inflamación y le da a la rodilla la oportunidad de comenzar a sanar. Si se proporciona la terapia RICE al comienzo del dolor, puede resolver el problema, especialmente si el atleta se enfoca en estirarse bien antes de hacer ejercicio, calentarse y enfriarse adecuadamente, y trabajar en forma. Un entrenador personal puede proporcionar consejos, y algunos atletas pueden encontrar que es útil usar plantillas para zapatos y otros dispositivos para mejorar su postura y andar.
Si se permite que la rodilla del corredor persista sin tratamiento, puede ser necesario un tratamiento más agresivo más allá del descanso básico, el hielo, la compresión y la elevación. Este tratamiento puede incluir fisioterapia y cirugía. Los procedimientos quirúrgicos se realizan para eliminar el tejido dañado y, a veces, para reconstruir partes de la rodilla en casos de daño extremo. Después de la cirugía, el atleta deberá realizar fisioterapia para recuperar la fuerza y aprender a usar la rodilla de manera segura.