El comercio internacional es un comercio que trasciende las fronteras internacionales. Esto está en contraste directo con el comercio interno, que es el comercio que ocurre dentro de un territorio o mercado local. El comercio internacional ha sido posible gracias a los avances tecnológicos que facilitan la comunicación y la coordinación de la transferencia de bienes y servicios a través de los territorios. El impacto del comercio internacional se puede ver en varias áreas, incluida la economía, el empleo, la contratación externa y las prácticas laborales injustas.
Un impacto del comercio internacional es su efecto en la economía de las naciones que participan en el comercio. Este efecto lo sienten tanto las naciones menos desarrolladas como las más desarrolladas. Los países más desarrollados se benefician al comprar materias primas y productos terminados de países menos desarrollados. Los países menos desarrollados ganan al obtener recursos financieros muy necesarios del comercio. Por ejemplo, algunos países en desarrollo en África y Medio Oriente tienen algunos recursos naturales como petróleo crudo, metales y piedras preciosas que pueden vender a otros países a cambio de recursos financieros. De hecho, las economías de algunos de estos países dependen de los recursos financieros. La mayoría de los países desarrollados que no tienen recursos como el petróleo crudo dependen, en gran medida, de los suministros de estas naciones.
El comercio internacional también tiene un fuerte efecto en el empleo en los países más desarrollados. La mayoría de las empresas ahora se dedican a la subcontratación, que es un resultado directo del comercio internacional. Estas compañías prefieren contratar trabajadores de otros países que pueden hacer el mismo trabajo o más que sus empleados locales por una fracción del costo. Esto reduce la cantidad de trabajos disponibles para la fuerza laboral local. También puede conducir a una competencia desfavorable en la que los trabajadores locales se ven obligados a competir con trabajadores internacionales de países con niveles de vida más bajos que están dispuestos a hacer el mismo trabajo por debajo del salario mínimo.
Este impacto particular del comercio internacional lleva a temer que algunos socios comerciales sin escrúpulos puedan explotar la mano de obra barata de una manera que sea perjudicial para los trabajadores de los países pobres. Por ejemplo, algunas empresas occidentales trasladan sus empresas a algunos países asiáticos con leyes laborales laxas donde tienden a explotar a la fuerza laboral local pagándoles muy poca compensación por el trabajo duro. También surgen algunas preocupaciones sobre el potencial del uso de mano de obra menor en el sector manufacturero, especialmente en los sectores de confección y fabricación de juguetes. Este es un impacto indeseable del comercio internacional.
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