Un ?ndice de precios al consumidor (IPC) a menudo incluye un elemento del dinero que los consumidores gastan en el mercado inmobiliario, pero los pa?ses a menudo debaten la mejor manera de incluir esta informaci?n para reflejar correctamente el gasto del consumidor en esta necesidad. El IPC y la vivienda siempre est?n relacionados, pero la forma en que interact?an los dos problemas depende de la pol?tica econ?mica de un pa?s. Algunos economistas quieren que la relaci?n entre el IPC y la vivienda sea paralela, de modo que los precios de la vivienda sean un reflejo correcto de la inflaci?n. Otros economistas consideran que la vivienda no es un consumible y no deber?a estar vinculada a este valor en absoluto. En este caso, los precios de la vivienda pueden inflarse mientras que el IPC, la medida de la inflaci?n, es bajo.
La inflaci?n es un aumento en los costos de los bienes que supera las ganancias de los consumidores. La forma pr?ctica de ilustrar la inflaci?n es ver lo que comprar?a una cierta cantidad de dinero en un a?o base, y luego comparar lo que comprar?a esa misma cantidad de dinero en un a?o posterior. Si el dinero compra menos que en el a?o base, los precios se han inflado. Los gobiernos consideran que la inflaci?n es una amenaza principal para una econom?a estable, porque los aumentos desenfrenados de los precios significan que una econom?a debe seguir creciendo para permitir que sus ciudadanos ganen suficiente dinero para mantener su nivel de vida. Hacer crecer una econom?a a menudo es dif?cil y depende de factores fuera del control del gobierno, por lo que la mejor soluci?n es mantener la inflaci?n bajo control.
Los gobiernos miden la inflaci?n al controlar el IPC. Este valor realiza un seguimiento de los cambios en los precios de una secci?n transversal de miles de bienes y servicios de consumo comprados por hogares urbanos. La mayor?a de los pa?ses manejan el IPC y la vivienda con cuidado. Quieren que se incluya la vivienda en esta cifra porque es una necesidad b?sica que todos consumen, pero la vivienda tambi?n es un consumible a largo plazo que no se compra ni se vende con frecuencia.
La forma en que la mayor?a de los gobiernos resuelven el problema entre el IPC y la vivienda es incluir alquileres, pero no ventas de viviendas, en esta figura. La mayor?a de los analistas consideran que el alquiler es una medida adecuada del costo de consumir una vivienda a corto plazo y el equivalente mensual de ser propietario de una vivienda. Se argumenta que la vivienda es una inversi?n dise?ada para mantenerse durante un largo per?odo, como acciones y bonos que tampoco est?n incluidos en el IPC.
Hay inconvenientes para tratar el IPC y la vivienda de esta manera. Si los precios reales de la vivienda no son parte del IPC, es posible que los precios se inflen, sin un aumento paralelo en el ?ndice. Sin un aumento en un indicador econ?mico, nadie puede saber cu?ndo los precios de la vivienda est?n superando los ingresos del consumidor, ya que los precios no est?n vinculados a una medida adecuada. En este escenario, el IPC es enga?oso como indicador de la salud del mercado inmobiliario. No advierte sobre la inflaci?n de la vivienda, lo que puede conducir a una ca?da del mercado inmobiliario que puede afectar negativamente a la econom?a.
Inteligente de activos.