Murabaha es una técnica utilizada para vender productos básicos sin violar las reglas islámicas que prohíben a los prestamistas ganar dinero a través de intereses. Involucra al vendedor declarando sus costos de manera clara y honesta para que el comprador sepa qué beneficio está obteniendo el vendedor. Aunque es un método más confiable y predecible, se pueden preferir o incluso requerir otras técnicas, ya que comparten los riesgos de manera más equitativa.
La necesidad de técnicas como Murabaha proviene de la sharia, que los seguidores del Islam consideran que es la ley suprema, en algunos casos antes que las leyes nacionales. La interpretación precisa de la sharia puede variar entre las diferentes ramas del Islam. Una de sus reglas es la prohibición de riba, una palabra árabe para usura. Prohíbe a los comerciantes aumentar su capital sin proporcionar servicios que, según la interpretación, pueden prohibir intereses, ganancias o ambos.
En el comercio general, Murabaha es una forma simple de sortear estas limitaciones. Simplemente significa que el vendedor proporciona al posible comprador detalles de sus costos y la cantidad de margen de beneficio o ganancia que realizará el vendedor. Uno de los requisitos para usar esta técnica es que los detalles proporcionados deben ser precisos y honestos.
En el financiamiento, la técnica Murabaha puede usarse para préstamos. Dichos préstamos no se consideran generadores de intereses. En cambio, técnicamente se consideran una venta de los bienes que el prestatario desea pagar con el dinero del préstamo.
El prestamista asumirá la propiedad legal de los bienes hasta que el dinero del préstamo haya sido reembolsado en su totalidad. Debido a que las ganancias del prestamista deben acordarse por adelantado, el prestamista no puede recibir ningún cargo adicional, como multas por pagos atrasados. En cambio, tales sanciones deben ser donadas a organizaciones benéficas.
La Murabaha no debe confundirse con otros dos tipos de financiación bajo la sharia. Uno se conoce como mudarabah e involucra al prestamista y al prestatario formando una sociedad. El prestamista, conocido como rabb-ul-mal, proporciona todo el dinero, en efecto, el préstamo, mientras que el prestatario, conocido como mudarib, proporciona la experiencia, lo que significa que el dinero se utiliza con fines comerciales. Cualquier beneficio del negocio se distribuye entre las dos partes en una proporción acordada, que generalmente es la forma en que el prestamista recupera su dinero. Otro método, la musharakah, funciona de la misma manera, pero el prestamista debe presentar parte del dinero utilizado en el proyecto.
Los bancos generalmente preferirán usar estos dos últimos métodos si es posible, o pueden requerir hacerlo. Para los bancos occidentales, esto parece extraño porque da menos seguridad de que el dinero será devuelto o que el banco hará efectivo. Sin embargo, bajo la sharia, estos métodos serán preferidos o requeridos, ya que se considera que comparten los riesgos entre el banco y el cliente.
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