La región de los Balcanes abarca más de 270,271.5 millas cuadradas (700,000 kilómetros cuadrados) en el sureste de Europa. Según los estándares modernos, los siguientes países forman parte de la región: Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Montenegro, Grecia, República de Macedonia, Serbia y la mitad europea de Turquía. Rumanía y Eslovenia a veces se incluyen en la lista, aunque oficialmente no forman parte de los Balcanes. La zona se llama así por la cordillera del mismo nombre.
Tanto el Imperio griego clásico como el romano formaron parte de los Balcanes, como lo fue más tarde el Imperio bizantino. En los tiempos modernos, la región fue el punto de partida de la Primera Guerra Mundial. Cuando Franz Ferdinand, el heredero del trono austrohúngaro, fue asesinado por un serbio, Austria finalmente declaró la guerra a Serbia, lo que condujo a la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial.
La región, que lleva el nombre de las montañas de los Balcanes que se extienden desde Serbia hasta el mar Negro, es un entorno rico que incluye todo, desde los Alpes Dináricos en Eslovenia hasta los bosques de robles y hayas del interior. Debido a la variedad climática de las montañas, el visitante puede encontrar ejemplos de clima mediterráneo y continental, con nevadas constantes pero escasas precipitaciones. Los veranos suelen ser cálidos y secos. Los recursos naturales de la zona incluyen el cultivo de uvas y la producción de vino, los depósitos de carbón y lignito, la extracción de cobre, manganeso, zinc y bauxita.
La población de los Balcanes es tan variada como su naturaleza. Los turcos y los griegos constituyen el mayor porcentaje de habitantes de la región, seguidos por los serbios y los búlgaros. Todos los países balcánicos también tienen un cierto número de minorías nómadas, incluidos los romaníes (gitanos), los valacos y los gorani.
Los Balcanes se han enfrentado a una serie de acontecimientos históricos violentos, incluido el enjuiciamiento religioso durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se ordenó a la Iglesia greco-católica fusionarse con la Iglesia ortodoxa rumana y se discriminó abiertamente a determinadas minorías, incluidos los gitanos. El colapso de la federación yugoslava condujo a una guerra que duró una década y a numerosas pérdidas de vidas civiles. La limpieza étnica obligó a muchos lugareños a huir del área durante la década de 1990.