Las visas de salida son documentos oficiales otorgados por el gobierno que otorgan permiso a una persona para salir del país. Una visa de salida generalmente tiene un conjunto de requisitos previos que deben cumplirse antes de que se otorgue una, al igual que una visa de entrada, y tiene varios propósitos. Controla el número de ciudadanos que abandonan el país durante la agitación política, evita que los rebeldes políticos huyan del país y ayuda a prevenir la fuga de cerebros. Las visas de salida también pueden monitorear a las personas que tienen deudas con el gobierno y pueden intentar salir del país, así como garantizar que las personas con visas de trabajo completen con éxito su empleo patrocinado.
Durante los problemas políticos, es normal que los refugiados huyan y migren a países cercanos. El proceso de visa de salida evita que un gran número de personas abandonen el país a la vez y abrumen potencialmente a otros países. La visa también es conocida por evitar que los rebeldes políticos abandonen el país.
Varios países más pequeños y en desarrollo utilizan una visa de salida para prevenir lo que se conoce como fuga de cerebros, que es la emigración de ciudadanos calificados y profesionales a otros países en busca de mejores oportunidades y condiciones de vida. En este caso, puede brindarle al país una mejor oportunidad para avanzar a los niveles de otros países. Sin embargo, también se puede argumentar que esto limita el potencial de sus propios ciudadanos debido a la falta de recursos disponibles.
Algunas personas también pueden intentar salir del país porque tienen una deuda con el país. El proceso de solicitud de la visa de salida garantiza que no se adeuden impuestos antes de que una persona se vaya. Muchos empleadores también traen trabajadores al país a través del patrocinio. Para garantizar que el empleador obtenga un retorno de la inversión, el gobierno generalmente debe recibir una confirmación formal de que el trabajo se completó satisfactoriamente. Si esto no sucede, entonces al trabajador generalmente no se le otorga una visa de salida y, a veces, debe permanecer en el país hasta la deportación, incluso si ya no está trabajando.
La mayoría de los países ya no requieren una visa de salida, sin embargo, muchos países como el Medio Oriente, Europa del Este y América del Sur todavía lo hacen. A partir de 2011, existe un debate sobre la ética de la visa de salida y el propósito que cumple. Varias personas creen que este método de monitorear e impedir que las personas abandonen un país va en contra de los derechos humanos estándar. De hecho, la Declaración de Derechos Humanos señala que todos tienen derecho a salir de cualquier país. Varios gobiernos que utilizan la visa de salida afirman que ayuda a proteger al gobierno, a su gente y a los países vecinos.