Los efectos de la neumonía suelen incluir dolor de pecho, fiebre y tos. El dolor de pecho asociado con la neumonía suele ser mucho peor cuando una persona tose debido a toda la mucosidad en los pulmones. Las personas con neumonía también suelen experimentar dificultad para respirar, escalofríos y fatiga. Los efectos de la neumonía parecen variar según la edad de la persona. Las personas de edad avanzada tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones graves de neumonía y, en ocasiones, no sobreviven. Cuando una persona más joven contrae neumonía, sus posibilidades de recuperarse por completo son mucho mayores, aunque sus síntomas aún pueden ser graves.
Otros efectos de la neumonía incluyen complicaciones graves, como abscesos pulmonares, bacterias en el torrente sanguíneo y acumulación de líquido alrededor de los pulmones. También existe la posibilidad de que una persona con neumonía desarrolle el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que ocurre cuando la neumonía está en ambos pulmones. Es mucho más probable que estas complicaciones sean un problema para las personas mayores o con mala salud, aunque cualquier persona con neumonía está en riesgo. Las personas que fuman, independientemente de su edad, tienen además muchas más probabilidades de sufrir efectos graves de neumonía porque sus pulmones ya pueden estar en mal estado.
Hay varios tipos diferentes de neumonía y el tratamiento varía según el tipo de neumonía que tenga una persona. Lo más probable es que la neumonía bacteriana se trate con antibióticos. Para la neumonía viral, los médicos generalmente recomiendan que una persona descanse y tome muchos líquidos hasta que la neumonía desaparezca porque no muchos medicamentos son efectivos contra las enfermedades virales. Algunas personas contraen neumonía por infecciones fúngicas, que pueden tratarse con éxito con diferentes tipos de medicamentos antimicóticos. Cuando la neumonía es grave, la hospitalización suele ser necesaria para poder administrar oxígeno y fármacos intravenosos.
Si una persona quiere evitar la neumonía, hay algunas medidas que puede tomar para evitar contraer la enfermedad. Una de las formas más importantes en que una persona puede prevenir la neumonía es lavándose las manos con regularidad. Esto puede ayudar a detener la propagación de gérmenes, que a menudo contribuye a los resfriados en el pecho que pueden convertirse en neumonía. Por lo general, también se considera una buena idea que las personas coman alimentos saludables, hagan ejercicio y pierdan peso si es necesario, porque todas estas cosas pueden contribuir a un sistema inmunológico más saludable, que puede proteger contra la neumonía. Una persona que fuma debe dejar de hacerlo si quiere evitar los efectos graves de la neumonía, porque fumar hace que una persona no solo sea más propensa a contraer neumonía, sino también mucho más susceptible a complicaciones graves de la neumonía.