La distonía es un trastorno que afecta la capacidad de controlar el movimiento y la función de los músculos del cuerpo. A menudo, la afección se manifiesta por movimientos bruscos que implican torsión y repetición continua, así como la incapacidad para sentarse en una posición normal. Hay varios tipos diferentes de distonía; algunos están asociados con las condiciones existentes en el momento del nacimiento, mientras que otros están más estrechamente asociados con algún tipo de crisis de salud más adelante en la vida.
Los síntomas de este tipo de trastorno del movimiento pueden parecer leves al principio, luego se vuelven más pronunciados a medida que empeora la afección. En los adultos, uno de los primeros signos involucra las manos. La capacidad de escribir de forma legible puede disminuir a medida que se vuelve más difícil sujetar firmemente un lápiz o un bolígrafo. Al mismo tiempo, puede resultar más difícil sostener platos, libros u otros artículos con las manos. A medida que avanza la distonía, el individuo dejará caer artículos con más frecuencia y descubrirá que tiene poco control sobre la función normal de los músculos de las manos.
En un corto período de tiempo, la distonía desencadenará dolor en los distintos grupos de músculos. Al principio, el individuo puede experimentar breves estallidos de dolor al realizar las tareas cotidianas. Estas ráfagas cortas pronto pasan a incluir calambres en las manos y piernas, y una incapacidad general para encontrar una posición cómoda al sentarse o descansar en la cama. El diafragma puede comenzar a experimentar espasmos cuando el individuo respira, seguido de contracciones musculares en la mandíbula y otros grupos de músculos alrededor del cuerpo.
A medida que la afección neurológica empeora, los síntomas comienzan a afectar el cuerpo y la mente de otras formas. Es posible que se desarrolle depresión y ansiedad, interrumpidas por períodos de extrema irritabilidad y mal humor. El tiempo de sueño se acorta y, a menudo, se interrumpe por una torsión repentina en una parte del cuerpo o en otra. Incluso la capacidad de pensar con claridad puede comenzar a desaparecer, junto con la aparición de visión borrosa.
El tratamiento de la distonía de torsión y otras formas de la dolencia implica identificar la causa raíz de la afección. Si el médico descubre que la medicación es la causa del desarrollo de distonía, cambiar la medicación puede ser suficiente para debilitar y finalmente eliminar los síntomas. En el caso de que la afección haya sido provocada por algún tipo de trauma físico, participar en una combinación de medicamentos y terapia puede ayudar a controlar los síntomas. Cuando se determina que la enfermedad se originó al nacer, puede ser necesario utilizar medicamentos anticonvulsivos u otros medicamentos que ayuden a inhibir la producción de neurotransmisores específicos en el cerebro.
Es importante tener en cuenta que los tratamientos que funcionan para una forma de distonía en realidad pueden empeorar otros tipos de la afección. Por esta razón, es importante discutir cualquier curso de tratamiento, como remedios a base de hierbas o ejercicios, con un médico calificado antes de intentar tratar la distonía por su cuenta.