Las cicatrices queloides, también conocidas como queloides, son cicatrices que crecen sin control, se vuelven grandes y sobresalen más allá de los límites de la herida original. Los queloides pueden aparecer en cualquier etapa durante la cicatrización de heridas, y las razones por las que se forman no se comprenden completamente. El tratamiento de los queloides puede ser difícil, ya que tienden a reaparecer. También es difícil prevenir las cicatrices queloides, que se producen en heridas perfectamente cuidadas junto con heridas que reciben tratamiento indiferente o negligencia.
Estas cicatrices se parecen mucho a las cicatrices hipertróficas, cicatrices que se elevan y engrosan. La diferencia clave entre los dos tipos de crecimiento excesivo de cicatrices es que las cicatrices queloides van más allá de la herida original, mientras que las cicatrices hipertróficas se extenderán hasta los márgenes de la herida y no más. Las cicatrices queloides pueden ser de textura gomosa a fibrosa y de color blanco a rojizo, según dónde se encuentren y los tipos de colágeno presentes en el tejido cicatricial.
Los queloides pueden crecer rápida o lentamente, y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, en personas de cualquier edad y en asociación con cualquier herida, desde un grano viejo hasta el sitio de una cirugía. Los queloides pueden picar o picar con un dolor agudo, según el paciente, y pueden limitar la libertad de movimiento si crecen especialmente. Las cicatrices queloides generalmente se tratan como benignas, porque no causarán más lesiones o daños, pero las personas a menudo quieren deshacerse de ellas porque son antiestéticas, dolorosas o irritantes.
La cirugía simple para las cicatrices queloides a menudo es ineficaz porque el crecimiento excesivo volverá. La cirugía con láser, la crioterapia y la radiación a veces tienen éxito. La compresión básica con un vendaje en el sitio de la herida también puede ayudar a encoger un queloide. Es importante buscar el consejo de un médico al intentar deshacerse de una cicatriz queloide, ya que la cicatriz puede infectarse, lo que puede provocar complicaciones para el paciente.
Es de suponer que estas cicatrices se forman cuando la piel se repara a sí misma después de una lesión y la división celular falla, lo que promueve el crecimiento descontrolado de colágeno y el desarrollo de un queloide. No hay forma de evitar que esto suceda, aunque el cuidado adecuado de las heridas suele ser una buena idea. Mantener los sitios de la herida limpios y secos reducirá el riesgo de infección y puede reducir el riesgo de cicatrices queloides. Los vendajes de compresión también pueden ayudar, y pueden recomendarse después de que un cirujano realiza un procedimiento que deja una herida grande.