¿Qué debo esperar durante un examen rectal?

Los médicos pueden tener que examinar el recto y el ano por una variedad de razones. Oficialmente llamado examen rectal digital (DRE), esta prueba puede dar una indicación superficial de si ciertos problemas médicos pueden necesitar una mirada más cercana con una luz y una cámara. El examen implica la inserción de un dedo índice enguantado en el recto durante aproximadamente un minuto, durante el cual el paciente puede estar en una de varias posiciones. Un examen rectal ayuda a inspeccionar el tejido e identificar cualquier posible crecimiento o área de inflamación.

Se puede realizar un examen rectal en algunas posiciones. En el caso de una mujer, puede realizarse junto con un examen ginecológico más amplio, con la paciente acostada boca arriba y las piernas abiertas y unidas a estribos. De lo contrario, un médico puede simplemente pedirle al paciente que se incline sobre el costado de la mesa de exploración. Otra posición común es con el paciente acostado de lado y tirando de la pierna superior hacia el pecho.

Una variedad de síntomas podría llevar a un médico a realizar un examen rectal, o ninguno en absoluto. Durante una prueba de detección de cáncer de próstata, útero u ovario, el recto ofrece el mejor ángulo para que los médicos identifiquen crecimientos y otras anomalías. Sin embargo, cuando los pacientes se quejan de síntomas como dolor excesivo, trastornos digestivos o sangrado rectal, los médicos pueden realizar una prueba digital rápida para sentir si la fuente del problema se encuentra en hemorroides o pólipos en el recto cerca del ano. A menudo, este examen incluirá la palpación de tejido y una verificación de tumores en los órganos principales.

Si la causa del dolor o el sangrado no se identifica durante un examen rectal, los médicos pueden usar un equipo más riguroso para identificar al culpable. Se puede realizar una sigmoidoscopia para inspeccionar la parte inferior del intestino grueso o recto con una cámara iluminada y eliminar la mayoría de los crecimientos que se encuentran. Las colonoscopias se pueden usar para inspeccionar y limpiar todo el intestino grueso o el colon. Una vez extirpados, los tumores, pólipos u otros crecimientos sospechosos se examinan de forma rutinaria para detectar malignidad.

Estas dos últimas pruebas requieren una preparación previa, principalmente una dieta líquida de uno a tres días para despejar el camino para el equipo y revelar mejor el tejido anormal. Sin embargo, un examen rectal no requiere preparación previa. La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica recomienda que los pacientes informen a los médicos sobre cualquier inflamación con anticipación, para que puedan evitar mejor las áreas sensibles. Sin embargo, es de esperar cierta incomodidad.