¿Qué es la glándula de Bartholin?

Las glándulas de Bartholin son un par de órganos secretores muy pequeños que se encuentran en los labios menores de la vagina. Las glándulas producen un líquido transparente que sirve como lubricante para la abertura vaginal. En general, no es posible ver o sentir una glándula de Bartolino sana debajo de la piel. Sin embargo, si una glándula se infecta o se bloquea, se puede desarrollar un quiste palpable que causa molestias al hacer ejercicio, caminar o sentarse.

Un anatomista de finales del siglo XVII llamado Caspar Bartholin fue el primer profesional en documentar claramente la existencia y función de las glándulas. Estas glándulas están ubicadas a ambos lados de la base del orificio vaginal. Cada glándula tiene aproximadamente 17 pulgadas (aproximadamente 0.2 centímetros) de diámetro y secreta líquido en un conducto de 0.5 pulgada (1 centímetros). El conducto se introduce en el orificio vaginal y proporciona una pequeña cantidad de lubricación a los labios.

Los problemas médicos que involucran una glándula de Bartholin son raros, pero pueden ser graves. Las infecciones bacterianas de transmisión sexual como la clamidia y la gonorrea, así como las infecciones por estreptococos y estafilococos pueden potencialmente inflamar esta glándula y provocar una obstrucción. La mucosidad y el líquido se acumulan en la glándula, lo que irrita aún más el tejido y crea un quiste. Sin tratamiento, un quiste puede crecer lo suficiente como para sobresalir a través de los labios y crear una masa suave y palpable.

Un quiste grande a menudo es sensible al tacto y causa dolor durante la actividad física. Los labios pueden hincharse y un quiste puede potencialmente romperse y descargar una sustancia lechosa de color blanco o amarillo. Una infección no tratada puede eventualmente resultar en un absceso desfigurante que continúa albergando bacterias y causa frecuentes brotes.

Es importante que una mujer visite a su ginecólogo si nota secreción o una masa en crecimiento. Un médico puede inspeccionar el quiste, drenar líquido y recolectar una muestra de tejido para asegurarse de que no sea canceroso. El paciente también se somete a pruebas de detección de diversas enfermedades de transmisión sexual para ayudar a identificar el patógeno responsable de la infección.

La mayoría de los problemas de la glándula de Bartholin se pueden resolver con antibióticos orales. Un médico podría sugerir tomar baños tibios y limpiar los genitales con frecuencia para aliviar la hinchazón y el dolor. Ocasionalmente, puede ser necesaria una cirugía para crear una abertura permanente en el conducto de la glándula para promover el drenaje y prevenir la reaparición de un quiste. Un cirujano también puede optar por extirpar una glándula que haya sido gravemente dañada.