¿Cuáles son los diferentes tipos de actividades de motricidad gruesa?

Las actividades de las habilidades motoras gruesas giran en torno a las acciones generales de las que la población en general suele ser capaz. Se diferencian de las habilidades motoras finas en que no requieren el uso de músculos pequeños en movimientos intrincados, sino que incluyen actividades como caminar, ponerse de pie y mantener la postura. Estas habilidades se desarrollan generalmente durante la infancia y la niñez temprana y permanecen con una persona durante la mayor parte de su vida.

La diferencia entre las habilidades motoras gruesas y las habilidades motoras finas es básicamente grande versus pequeña. Las actividades de habilidades motoras gruesas generalmente utilizan músculos grandes y grupos de músculos para lograr movimientos amplios. Por el contrario, las habilidades motoras finas requieren el uso de músculos pequeños para realizar movimientos precisos y exigentes. Muchas actividades de motricidad fina dependen en gran medida del éxito de las actividades de motricidad gruesa. Por ejemplo, construir un modelo de avión no sería posible sin la capacidad más amplia de estabilizar un brazo o permanecer equilibrado en una silla mientras lo hace.

La capacidad para realizar actividades de motricidad gruesa se desarrolla a una edad temprana. La postura y el caminar, por ejemplo, son acciones que generalmente se aprenden durante el primer año de vida de un bebé. Las actividades de las habilidades motoras finas y las habilidades motoras gruesas son dinámicas y, a menudo, cambian a medida que avanza la vida.

La primera vez que una persona juega baloncesto, agarra una guitarra o intenta patear una pelota de fútbol, ​​probablemente no le vaya muy bien. Esto se debe a que el cerebro aprende a través de la repetición y el movimiento repetitivo impulsa el proceso de aprendizaje. Esta es la razón por la que la mayoría de las personas mejoran con la práctica y las actividades de motricidad gruesa siguen su ejemplo. A medida que una persona envejece, probablemente camine de manera más eficiente e incluso puede aprender acciones más complejas como correr o bailar. Todas estas actividades requieren movimiento motor grueso.

Hay varias razones por las que algunas personas realizan mejor las actividades motoras gruesas que otras. El factor más obvio es la práctica. Un individuo no terminará en una orquesta de renombre sin dedicación a la práctica y la repetición. También existen factores genéticos que impulsan la capacidad de una persona para realizar actividades de motricidad gruesa.

Algunas personas desafortunadas pueden nacer con discapacidades o deformidades estructurales que impiden un conjunto normal de habilidades motoras. Otros pueden, afortunadamente, nacer con una predisposición atlética y ser capaces de combinar las actividades motoras finas y gruesas con la fluidez necesaria para lograr hazañas asombrosas. Las actividades de motricidad gruesa ayudan a las personas a lograr los movimientos diarios que a menudo se dan por sentados pero que en última instancia son necesarios.