La meningitis y la encefalitis son infecciones que afectan el cerebro. La diferencia entre los dos se observa en la región del cerebro que infectan. Cada uno de estos procesos de infección puede causar inflamación o hinchazón del cerebro y podría desencadenar efectos secundarios graves o incluso la muerte.
Si bien ambas infecciones afectan el cerebro, la meningitis ataca las meninges o la capa protectora del cerebro y la médula espinal en forma de película. Los síntomas pueden aparecer rápidamente y, a menudo, incluyen dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello y posible fiebre. La encefalitis, por otro lado, afecta al cerebro mismo y se presenta con síntomas similares a los de la gripe. Cada condición puede ocurrir por sí sola o en conjunto con la otra.
Ambas condiciones pueden causar problemas con cosas como la memoria, la concentración y el sueño. Cada condición también puede causar confusión, náuseas con o sin vómitos y posible actividad convulsiva. La meningitis también puede presentarse con una decoloración de la piel o una erupción. La encefalitis puede desencadenar problemas de sensaciones o sentimientos en las extremidades, con posibilidad de debilidad o incluso parálisis.
La infección que provoca meningitis y encefalitis generalmente es causada por una bacteria o virus transmitido por contacto cercano con una persona infectada, comúnmente a través del intercambio de fluidos corporales. Las bacterias que causan estas afecciones pueden sobrevivir y ser transportadas a través de la saliva, las secreciones nasales o los excrementos intestinales. La contracción de estas infecciones puede ocurrir al compartir artículos personales o incluso al vivir muy cerca de una persona infectada. Una vez dentro del cuerpo, la infección ingresa al torrente sanguíneo y llega al cerebro.
La hinchazón causada por la meningitis y la encefalitis puede resolverse por sí sola, según la gravedad de la infección. Los efectos secundarios graves y duraderos de la meningitis y la encefalitis pueden incluir problemas del habla, audición, vista o memoria y cambios en el comportamiento o el estado de ánimo. Los casos graves de cualquiera de las infecciones también pueden incluir la pérdida de la coordinación muscular o la incapacidad para mover una parte del cuerpo en particular, también conocida como parálisis, y daño al cerebro.
La meningitis grave tiene el potencial de causar fallas en ciertos órganos del cuerpo, particularmente los riñones. Si no se trata, la meningitis también puede hacer que el cuerpo entre en estado de shock, una afección potencialmente mortal en la que el cuerpo no circula suficiente sangre, lo que reduce significativamente la cantidad de oxígeno y nutrientes que viajan por el cuerpo.
La encefalitis puede afectar la respiración al causar dificultad respiratoria o problemas graves para respirar. La dificultad respiratoria, como el shock, disminuye la cantidad de oxígeno que se mueve a través del cuerpo. Si el proceso de infección es lo suficientemente grave, puede hacer que el cuerpo entre en coma, un estado de inconsciencia. La meningitis y la encefalitis, si no se tratan en su estado más peligroso, podrían incluso causar la muerte.