La taquipnea es una respiración rápida y superficial, un fenómeno que en sí mismo suele ser inofensivo. Este tipo de respiración puede ser provocada por el esfuerzo físico y el ejercicio, y en estos casos no es peligroso, ya que la respiración pronto vuelve a la normalidad. La taquipnea también puede ser un síntoma de una afección médica grave, como enfermedad cardíaca, enfisema, meningitis o traumatismo del sistema respiratorio. Cuando esto ocurre, se puede priorizar el tratamiento de la causa de la respiración sobre el tratamiento del síntoma.
La taquipnea puede ser causada por una variedad de afecciones respiratorias o cardíacas, que incluyen asma leve y alergias, además de enfermedades potencialmente mortales. La respiración rápida se produce porque el sistema respiratorio no recibe suficiente oxígeno o no puede transportar oxígeno al corazón. A menudo, esto se debe a una enfermedad pulmonar como el enfisema o una afección cardíaca que limita el flujo de sangre y oxígeno al corazón.
Este tipo de respiración es relativamente común en los bebés y ocurre en alrededor del 1% de todos los bebés. Es más probable que ocurra en bebés varones. Además de la respiración rápida, los bebés con esta afección pueden necesitar un suministro adicional de oxígeno y pueden tener lecturas anormales de los gases en sangre. Cuando ocurre en los recién nacidos, la afección se denomina taquipnea transitoria o pulmones húmedos.
Cuando ocurre esta afección, generalmente se debe a la presencia de líquido en los pulmones del bebé. Este líquido está presente en los pulmones del bebé durante la gestación y está ahí para ayudar a promover el desarrollo normal de los pulmones. Durante el trabajo de parto, las señales químicas estimulan a los pulmones para que eliminen el líquido. Por diversas razones, estas señales químicas pueden ser débiles en algunos bebés y, como resultado, estos bebés pueden nacer con un exceso de líquido en los pulmones. Los bebés corren riesgo si sus madres tienen diabetes o asma, si nacen pequeños para su edad o si tienen un parto por cesárea.
La respiración rápida se desarrolla poco después del nacimiento, pero generalmente es transitoria y dura solo dos o tres días. La taquipnea transitoria de los recién nacidos no es, por definición, una condición dañina y no es fatal. El efecto secundario más común de la afección es simplemente que el bebé requiere una estadía un poco más prolongada en el hospital.
Sin embargo, existe alguna evidencia de que la afección también aumenta el riesgo de que el bebé desarrolle asma durante la niñez. Si la respiración rápida dura más de cinco días, hay motivos para buscar una razón subyacente para la afección. Los posibles diagnósticos incluyen anemia, neumonía y cardiopatía congénita.