¿Cómo funciona una máquina EMG?

La electromiografía (EMG) ayuda a detectar posibles anomalías en el cuerpo humano al registrar los impulsos eléctricos creados por la actividad muscular para su análisis médico. Hay dos tipos generales de máquinas EMG: de superficie e intramuscular. Surface EMG detecta actividad a través de electrodos colocados en la superficie de la piel. Una máquina de EMG intramuscular, por otro lado, detecta la actividad a través de agujas insertadas directamente en el músculo. El grado de invasividad y la sensibilidad resultante de los dos métodos permiten diferentes aplicaciones médicas.

Una máquina de EMG mide el tamaño, la frecuencia y la forma general de los potenciales de la unidad motora generados por el movimiento del paciente. Cuando una neurona motora inerva las fibras musculares, se emite una ligera descarga eléctrica desde la neurona hacia las fibras musculares. Un electromiógrafo puede detectar la suma de esta actividad y registrarla para su interpretación. Las pruebas de EMG registran la actividad tanto cuando los músculos están en reposo como cuando el paciente los contrae. Para obtener mediciones precisas, los expertos suelen recopilar entre 10 y 20 lecturas antes de finalizar la prueba.

Una máquina de EMG de superficie funciona colocando electrodos sobre la piel del paciente, asegurados por parches adhesivos. Estos electrodos están conectados a cables finos que transmiten cualquier estimulación eléctrica que reciben del cuerpo a un dispositivo que puede registrar y registrar los impulsos. Luego, los técnicos pueden interpretar las lecturas e identificar cualquier actividad inusual.

Una máquina de EMG intramuscular, por otro lado, es más invasiva e implica la inserción de electrodos de aguja en la piel del paciente. Las lecturas se pueden tomar inmediatamente a medida que la aguja penetra en la piel y pueden proporcionar información valiosa sobre la actividad muscular del paciente. Dado que los electrodos pueden medir los potenciales de las unidades motoras en una proximidad más cercana, la EMG intramuscular suele ser mucho más precisa y profunda que la EMG de superficie. A veces, la sensibilidad del dispositivo de medición puede considerarse innecesaria para pruebas que requieren diagnósticos más simples.

La electromiografía puede ayudar a los médicos a determinar si los pacientes tienen ciertos trastornos y si las causas son de naturaleza muscular o neurológica. Los trastornos musculares suelen presentar lecturas de baja amplitud como resultado de la disminución de la actividad muscular, mientras que los trastornos neurológicos suelen tener amplitudes más altas debido a la reactivación de las neuronas motoras. Las pruebas de EMG a menudo se recomiendan para pacientes que experimentan temblores, pérdida de control muscular o debilidad muscular inusual para diagnosticar las causas de estas anomalías. Los entrenadores atléticos también pueden usar una máquina EMG para rastrear el desarrollo físico de sus clientes y ajustar sus entrenamientos de acuerdo con los hallazgos.