¿Qué es la hipercloremia?

La hipercloremia es un nivel inusualmente alto de cloruro en la sangre. El cloruro es un electrolito esencial que regula ciertos procesos metabólicos. Cuando los niveles son altos, puede interferir con los niveles de azúcar en sangre, así como con el transporte de oxígeno, lo que genera problemas de salud al paciente. Por lo general, los síntomas no se notan hasta que el nivel de cloruro aumenta mucho y algunas personas son más vulnerables que otras a un aumento en los niveles de cloruro.

Este anión normalmente está presente en la sangre en concentraciones de alrededor de 97 a 107 miliequivalentes por litro de sangre. Los niveles pueden llegar a ser altos en personas deshidratadas porque el cuerpo no recibe suficiente agua para que los riñones equilibren adecuadamente los electrolitos. La enfermedad renal y paratiroidea puede provocar desviaciones en los niveles de electrolitos, incluida la hipercloremia, y las personas con diabetes también están en riesgo. Para las personas con riesgos conocidos, un médico puede recomendar un control estricto de los niveles de electrolitos.

Las personas con hipercloremia a menudo desarrollan deshidratación y pueden perder líquidos a través de vómitos y diarrea. Su nivel de sodio en sangre será alto y los pacientes diabéticos pueden tener niveles altos de azúcar en sangre. Cuando se diagnostica a un paciente, el primer paso es determinar por qué los niveles de cloruro subieron tanto. Si la deshidratación es la culpable, el paciente puede recibir líquidos para rehidratar y estabilizar el equilibrio electrolítico. También se debe explorar y abordar la causa de la deshidratación.

Si un proceso patológico subyacente conduce a la hipercloremia, es necesario tratar la enfermedad. El tratamiento de la afección debería hacer que los niveles de cloruro vuelvan a la normalidad. El paciente puede ser monitoreado durante el tratamiento y evaluado en visitas de seguimiento para confirmar que el equilibrio de electrolitos es estable. Esta prueba puede incluir pruebas que confirmen que la causa de la hipercloremia está bien controlada, como por ejemplo en pacientes con enfermedad renal crónica a los que se les realizan pruebas periódicas para detectar signos de cambios en su estado.

Las personas pueden reducir el riesgo de hipercloremia y otros desequilibrios de electrolitos si se mantienen bien hidratadas, especialmente en climas cálidos y mientras hacen ejercicio. Beber agua y otros líquidos ayudarán a las personas a retener la humedad y se pueden usar reemplazos de electrolitos para las personas que están perdiendo mucho líquido, para evitar la introducción de agua pura en el cuerpo y causar una caída en los niveles de electrolitos. Las personas con riesgo de hipercloremia, incluidas las personas con diabetes y enfermedad renal, deben permanecer alerta a los signos de complicaciones médicas que podrían indicar que su enfoque actual para el tratamiento y el control de sus afecciones no está funcionando.