Un termómetro de mercurio en vidrio es un termómetro que proporciona lecturas de temperatura a través de la expansión y contracción del mercurio dentro de un tubo calibrado. Estos dispositivos se utilizaron ampliamente para medir temperaturas en una amplia variedad de entornos desde la década de 1700 hasta el siglo XX, cuando las preocupaciones sobre los riesgos para la salud de la exposición al mercurio llevaron a muchas naciones a imponer restricciones a dichos termómetros. El uso médico de estos instrumentos está ampliamente prohibido, y la mayoría de los que todavía se fabrican se producen principalmente para investigadores meteorológicos.
Estos dispositivos tienen una bombilla grande llena de mercurio en la parte inferior del termómetro, unida a un tubo delgado. A medida que aumenta la temperatura, el mercurio se expande y sube por el tubo. Las personas pueden leer la temperatura al encontrar la marca que se correlaciona con la altura del mercurio. A medida que desciende la temperatura, el mercurio se contrae y vuelve a contraerse en la bombilla. En temperaturas extremadamente frías, este tipo de termómetro no funcionará porque el mercurio mismo se congelará. Con un termómetro máximo, el mercurio se mantendrá en el punto más alto hasta que se agite el termómetro, permitiendo que alguien lea la temperatura máxima registrada en el termómetro.
Los desarrolladores de las escalas Fahrenheit y Celsius utilizaron el termómetro de mercurio en vidrio en su investigación y crearon un sistema de calibración que permitió el desarrollo de escalas de temperatura estandarizadas. Para calibrar este tipo de termómetro, las personas usan condiciones de temperatura conocidas, como agua hirviendo, para confirmar que el dispositivo está leyendo correctamente.
El diseño de este termómetro no está destinado a liberar mercurio al medio ambiente y, de hecho, se crea un entorno muy cerrado dentro del termómetro para evitar un mal funcionamiento. Sin embargo, cuando dichos termómetros se rompen o se desechan, existe el riesgo de contaminación ambiental por el mercurio que se escapa. Si bien la cantidad de mercurio en un solo termómetro generalmente no se considera un riesgo importante para la salud, las contribuciones colectivas de decenas de termómetros rotos y desechados podrían ser significativas.
Hay varios métodos que pueden usarse para crear un termómetro preciso, creando una variedad de alternativas al termómetro de mercurio en vidrio. Para uso médico, las personas tienden a preferir opciones más seguras para evitar exponerlas a riesgos innecesarios para la salud. Algunos investigadores científicos pueden preferir trabajar con termómetros de mercurio por varias razones, aunque se tiene cuidado con el manejo y la eliminación de dichos dispositivos en respuesta a problemas de salud y leyes ambientales.