¿Qué es la septicemia?

La septicemia es una afección médica grave caracterizada por la inflamación de todo el cuerpo. Es causada por bacterias que ingresan al torrente sanguíneo, desencadenando una respuesta inmune que resulta en inflamación y un lento cierre de los sistemas del cuerpo para manejar infecciones. Esta condición médica puede ser mortal, especialmente si se permite que el paciente progrese a la etapa de shock, y el inicio puede ser alarmantemente rápido. Si se sospecha septicemia, se debe llevar al paciente a un hospital para recibir atención médica inmediata.

Las causas del envenenamiento de la sangre son bastante variadas. Por lo general, el paciente es vulnerable debido a su edad o condición, y las bacterias simplemente se aprovechan de la situación. La cirugía, las infecciones latentes y las quemaduras pueden provocar septicemia, que es una muy buena razón para controlar cualquier infección y asegurarse de que no se propague. Un caso de septicemia comienza cuando las bacterias o toxinas que producen ingresan al torrente sanguíneo, lo que resulta en una coagulación de la sangre mientras el cuerpo intenta combatir las bacterias.

Un paciente con esta afección tiende a verse muy mal. La afección se caracteriza por confusión, escalofríos, sudoración, debilidad, sarpullido y frecuencia cardíaca elevada. La mayoría de las personas también tienen fiebre alta, aunque esto puede no aparecer en los ancianos o en los que están muy débiles. La respiración también suele ser rápida y el paciente también puede palidecer. Si la afección progresa, la presión arterial del paciente descenderá y las bacterias comenzarán a atacar los principales órganos del cuerpo, incluido el cerebro, causando rápidamente daños graves que pueden ser muy difíciles de tratar.

Esta condición también se conoce como «envenenamiento de la sangre», en referencia al hecho de que todo el sistema vascular del paciente está comprometido. Algunas personas también se refieren a ella como sepsis, un término que en realidad se refiere a cualquier tipo de respuesta inflamatoria como resultado de una infección. Uno de los tratamientos principales para la septicemia son los antibióticos, que se administran para matar las bacterias que causan la afección. También se pueden utilizar transfusiones de sangre, junto con diálisis y reemplazo de líquidos para pacientes que padecen diarrea. Los pacientes con un caso grave pueden recibir soporte vital para ayudarlos a respirar y estabilizar su frecuencia cardíaca.

La prevención de la septicemia es, por supuesto, preferible al tratamiento. Desafortunadamente, algunos casos son difíciles de prevenir, ya que esta condición puede ocurrir de manera impredecible. Mantener una buena higiene y salud en general es una buena manera de comenzar, porque minimiza la exposición a las bacterias y asegura que su cuerpo pueda resistir las infecciones bacterianas cuando está expuesto a organismos nocivos. Si se ha sometido a procedimientos quirúrgicos, debe vigilar el sitio donde se realizó el procedimiento y no tema hablar sobre el dolor, la hinchazón y el malestar general. También es importante recibir tratamiento médico para cortes profundos y heridas punzantes para que estos sitios puedan enjuagarse y pueda tomar antibióticos profilácticos para prevenir la sepsis y la posible aparición de septicemia.