La inflamación de la rodilla puede ser causada por una lesión leve, una lesión grave, artritis o bursitis. Además, la inflamación de la rodilla puede estar relacionada con el exceso de líquido en la articulación de la rodilla, que puede provocar una disminución de la movilidad y dolor si no se trata adecuadamente. La inflamación en ambas rodillas podría indicar una afección médica sistémica como la artritis reumatoide. Por lo general, la mayoría de los profesionales de la salud recomiendan descansar la articulación de la rodilla hasta que la inflamación desaparezca.
Una vez que el dolor desaparece, se puede reanudar el movimiento gradual. Además, aplicar hielo en la rodilla hasta cuatro veces al día puede reducir drásticamente la hinchazón y aliviar el dolor. La aplicación de calor generalmente no se recomienda para la inflamación de la rodilla porque puede promover la hinchazón. Con poca frecuencia, la inflamación de la rodilla puede ser causada por una infección en las articulaciones o los huesos que requerirá terapia con antibióticos y, a veces, drenaje de líquidos. En ciertos casos, el líquido articular se drenará y analizará para detectar sangre y microbios.
También se recomiendan medicamentos antiinflamatorios para reducir el dolor y la hinchazón de la rodilla, independientemente de la causa. Si la artritis es la causa de la inflamación de la rodilla, se pueden recetar inyecciones de corticosteroides. Aunque son efectivos para la inflamación de la rodilla, los corticosteroides pueden causar efectos secundarios como irritación, aumento de peso, retención de líquidos e hinchazón de la cara.
Quienes padecen enfermedades inflamatorias de la rodilla y no toleran los medicamentos antiinflamatorios pueden tomar acetaminofén. Aunque el acetaminofén es útil para reducir el dolor, no reduce la inflamación. Los ungüentos analgésicos también pueden ayudar a reducir la inflamación y el dolor de rodilla y, en general, la mayoría de las personas los tolera bien.
Cuando se produce una lesión en la rodilla, se recomiendan pruebas médicas de diagnóstico para determinar la naturaleza y la gravedad de la lesión. Una radiografía convencional puede detectar una lesión en la rótula, pero generalmente no es eficaz para detectar lesiones del cartílago, los músculos y los tendones. En casos de lesiones graves por aplastamiento, puede ser necesaria una cirugía para reparar el daño. Cuando se produce una lesión en la rodilla, la evaluación y el tratamiento médicos oportunos generalmente dan como resultado un mejor pronóstico.
Otros tratamientos para la artritis o bursitis de rodilla incluyen control de peso, fisioterapia y ejercicio leve. El exceso de peso ejerce presión sobre las articulaciones de la rodilla, empeorando el dolor y la inflamación, por lo tanto, perder peso ayuda a minimizar la tensión en las articulaciones. El ejercicio también promueve el flujo sanguíneo y la circulación, acelera la curación y estimula la relajación. Un programa integral de fisioterapia puede restaurar el rango de movimiento, la movilidad y ayudar a disminuir el dolor y la hinchazón.