¿Cuáles son las causas comunes de que la sangre no se coagule?

Los problemas de coagulación pueden ser causados ​​por una variedad de factores y se conoce médicamente como coagulopatía. Los trastornos médicos hereditarios, como la hemofilia, se encuentran entre las razones más comunes por las que la sangre no se coagula como debería. Otras posibles causas incluyen trastornos hepáticos, ciertas formas de cáncer o el uso prolongado de algunos tipos de medicamentos. Los síntomas que pueden indicar que hay un problema con la coagulación de la sangre correctamente pueden incluir debilidad, mareos, sangrado excesivo al recibir un corte menor o sangre en las heces o el vómito.

La hemofilia es un trastorno médico hereditario que hace que la sangre no se coagule normalmente. Esta condición causa un sangrado excesivo después de cualquier lesión que rompa la piel. El sangrado interno también puede ocurrir como resultado de la hemofilia. Sin un tratamiento inmediato, la hemofilia puede poner en peligro la vida. Por razones que no se comprenden completamente, este trastorno afecta principalmente a los hombres, con muy pocas excepciones.

Los trastornos hepáticos a veces pueden provocar problemas de coagulación. La hepatitis y la cirrosis del hígado son los trastornos hepáticos más comunes que pueden provocar este síntoma. La hepatitis es un tipo de infección que afecta al hígado, mientras que la cirrosis conduce al desarrollo de tejido cicatricial grave.

Algunas formas de cáncer conllevan el riesgo de causar complicaciones, como que la sangre no se coagule como debería. Esto es particularmente común en los cánceres que se diseminan al hígado, incluidos el cáncer de páncreas, colon y mama. Los cánceres de sangre como el linfoma o la leucemia también pueden tener este efecto en la sangre.

El uso prolongado de algunos medicamentos recetados puede eventualmente hacer que la sangre no se coagule normalmente. Los medicamentos conocidos como anticoagulantes están diseñados para diluir la sangre y el uso prolongado puede prevenir la capacidad de coagulación de la sangre. Algunos de los antibióticos más fuertes también pueden tener este efecto. A las personas que toman este tipo de medicamentos se les puede recomendar que se hagan análisis de sangre periódicos para asegurarse de que no se desarrolle esta complicación.

Cualquier síntoma que indique que la sangre puede no estar coagulando tan bien como debería, debe informarse a un médico para una evaluación adicional. Estos síntomas a menudo incluyen una sensación de debilidad o mareos junto con hematomas inesperados o dificultad para cortarse para detener el sangrado. Las deposiciones que son de color negro oscuro o rojo definitivamente deben informarse a un médico, ya que puede haber hemorragia interna. La sangre en la orina o el vómito oscuro que se asemeja a los posos de café a veces también pueden indicar un problema de coagulación.