¿Cuál es la conexión entre la presión arterial baja y la fatiga?

La presión arterial baja y la fatiga a menudo ocurren juntas y pueden ser un signo de una afección médica grave. En algunos casos, la hipotensión o la presión arterial baja pueden ser una causa directa de fatiga. En otros casos, ambos son síntomas de una afección subyacente.
La hipotensión ocurre cuando la presión arterial desciende a un nivel anormalmente bajo. Los rangos de presión arterial normal varían de un individuo a otro, y ningún umbral específico define la presión arterial baja, pero algunos profesionales médicos usan 90 sistólica y 60 diastólica como punto de referencia general. Cuando cualquiera de las mediciones cae por debajo de estos marcadores, es posible que sea necesario realizar más investigaciones.

Sin embargo, la presión arterial baja crónica no es motivo de preocupación a menos que se acompañe de otros síntomas. La presión arterial baja y la fatiga son una señal de que podría haber una afección más grave. Otros signos comunes incluyen incapacidad para concentrarse, aturdimiento o mareos, deshidratación, depresión, visión borrosa, náuseas, respiración rápida y piel fría o húmeda. Cuando se presenta una combinación de estos síntomas, se recomienda una visita a un profesional de la salud.

Las causas de la presión arterial baja y la fatiga van desde las triviales hasta las que ponen en peligro la vida. La hipotensión ortostática o postural es causada por pararse demasiado rápido desde una posición reclinada y puede provocar mareos, visión borrosa o posiblemente desmayos. De manera similar, el reposo prolongado en cama puede causar estos síntomas. La deshidratación reduce el volumen de sangre, lo que reduce la presión arterial. Comer puede llevar una cantidad significativa de sangre al estómago, reduciendo nuevamente el volumen y la presión de la sangre en los vasos principales.

Otra posible causa de presión arterial baja y fatiga es el embarazo. Durante el embarazo temprano, el sistema circulatorio de la mujer se extiende para nutrir al bebé. La sangre que fluye a través de una red más larga provoca una reducción de la presión. En las primeras 24 semanas de embarazo, la presión arterial suele bajar unos 10 puntos y luego vuelve a los niveles anteriores después de que la mujer da a luz.

Ciertos medicamentos también reducen la presión arterial. Los antidepresivos, los betabloqueantes, los diuréticos, los medicamentos para la disfunción eréctil y algunos medicamentos para la enfermedad de Parkinson tienen un efecto sobre la presión arterial. Los narcóticos y el alcohol pueden amplificar este efecto.
Algunas causas de hipotensión son mucho más graves. El shock, ya sea causado por pérdida de sangre, reacción alérgica o septicemia, causa una caída rápida y severa de la presión arterial y es potencialmente mortal. Se requiere atención de emergencia inmediata para las personas que están sufriendo un shock o un trauma severo.

Algunas afecciones médicas son menos obvias pero también pueden ser peligrosas. Las afecciones cardíacas como la bradicardia, una frecuencia cardíaca anormalmente baja, harán que la sangre circule muy lentamente, reduciendo la presión arterial. Las afecciones de la tiroides y otros problemas endocrinos también pueden tener un impacto en la presión arterial. Cada una de estas condiciones requiere atención médica.