El dolor de cadera puede requerir una prueba llamada resonancia magnética (IRM), para diagnosticar la causa subyacente del malestar. Durante una resonancia magnética de cadera, se le pide al paciente que se acueste muy quieto en una estructura similar a un tubo mientras se realiza la prueba. Es posible que se escuche un ruido fuerte y metálico durante la prueba, a medida que los imanes se mueven para proporcionar imágenes precisas. La prueba es indolora y completamente no invasiva y generalmente toma entre 30 y 60 minutos.
Una máquina de resonancia magnética se compone de tres partes. El imán primario es muy grande y se utiliza para crear el campo magnético necesario para que la tecnología funcione. Los imanes degradados son más pequeños y permiten que la máquina se enfoque en una parte específica del cuerpo. La bobina es la parte de la máquina ubicada más cerca de la parte del cuerpo que se está probando, en este caso la cadera. Las partes trabajan juntas para enviar ondas de radio a través del cuerpo, creando una imagen detallada del interior de la cadera.
Antes de una resonancia magnética, se le pedirá al paciente que se quite todas las joyas y ropa de metal. Cualquier metal dentro del cuerpo debe ser informado al técnico que realiza la prueba, ya que algunos metales son incompatibles con este examen. Es posible que los pacientes con marcapasos u otros dispositivos internos no se sometan a una resonancia magnética de cadera. Los relojes, las tarjetas de crédito y otros artículos pueden verse afectados negativamente por los imanes y ni siquiera deben ser llevados a la sala de examen.
Por lo general, se pedirá a los pacientes que se pongan una bata de hospital antes del procedimiento. Un técnico de laboratorio ayudará al paciente a colocarlo en una posición adecuada en la mesa de examen. Dependiendo del laboratorio de imágenes, la máquina de resonancia magnética puede ser similar a un túnel o puede tener dos o más lados abiertos.
Cuando comienza la resonancia magnética, el paciente debe permanecer muy quieto para que las imágenes resultantes sean claras. Cuando los imanes están funcionando, la máquina puede hacer mucho ruido. El sonido es similar a un golpe o golpe fuerte. Periódicamente durante la prueba, los golpes pueden detenerse y reanudarse. El técnico que administra el examen debe estar disponible para el paciente a través del micrófono durante el procedimiento.
A veces, los pacientes tienen dificultad para permanecer quietos durante los 30 a 60 minutos necesarios para completar la resonancia magnética de la cadera. Si este es el caso, un médico puede proporcionarle medicamentos para tomar antes de la prueba para ayudar a la relajación. Si esto es una preocupación, se debe informar al médico antes de programar la resonancia magnética de cadera para que se pueda recetar el medicamento.
Una resonancia magnética de cadera es un procedimiento indoloro. Ayuda a los médicos a diagnosticar las causas del dolor de cadera para poder proporcionar el tratamiento adecuado. No hay una preparación especial para el procedimiento y los pacientes pueden volver a sus actividades normales inmediatamente después de la prueba.