Los conductos biliares son conductos que transportan la bilis desde el hígado de una persona hasta la vesícula biliar y el intestino delgado. Un conducto biliar dilatado, o uno que está agrandado, generalmente ocurre cuando hay una obstrucción que bloquea el flujo de bilis. Cuando la bilis no puede pasar a través de un conducto en particular, se acumula y la estructura se distiende. Más comúnmente, la obstrucción es causada por un cálculo biliar, pero también son posibles los quistes o los tumores. El trauma quirúrgico y la inflamación también pueden causar dilatación.
La vesícula biliar almacena la bilis producida por el hígado. A veces, si la bilis contiene demasiado colesterol, sales biliares o bilirrubina, se pueden formar sustancias similares a piedras llamadas cálculos biliares. Los cálculos biliares pueden ser tan pequeños como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf. Pueden viajar desde la vesícula biliar hasta los conductos biliares. Si el cálculo es lo suficientemente grande, puede alojarse allí, bloqueando el flujo de bilis y provocando un conducto biliar dilatado.
Los quistes son masas de tejido llenas de líquido que pueden aparecer en varios lugares del cuerpo. En ocasiones, se puede formar un quiste en un conducto biliar, con mayor frecuencia en el conducto biliar común. Dependiendo del tamaño y la ubicación de un quiste, podría impedir el flujo de bilis.
Cuando se presenta un tumor en el conducto biliar, se denomina colangiocarcinoma. Ya sea que el tumor sea benigno o maligno, puede bloquear el conducto biliar. Al igual que con un quiste o un cálculo biliar, si el tumor es lo suficientemente grande como para causar una obstrucción completa, la bilis no podrá viajar a través del conducto. Esto, a su vez, hará que el conducto biliar se dilate.
El trauma quirúrgico también puede causar un conducto biliar dilatado. Cuando una persona experimenta una colecistectomía u otra cirugía en esa área, los conductos biliares pueden tener una inflamación residual. Como resultado de la cirugía, los conductos pueden hincharse y agrandarse hasta cierto punto. Por lo general, se espera la distensión que resulta de un traumatismo quirúrgico y no es lo suficientemente significativa como para causar problemas graves, como un conducto biliar bloqueado. Sin embargo, en ocasiones, la inflamación y la distensión causadas por un traumatismo quirúrgico pueden crear complicaciones que justifiquen una mayor atención.
Una persona que experimente síntomas de un conducto biliar dilatado, como dolor, náuseas, ictericia y fiebre, debe buscar atención médica de inmediato. La causa de un conducto distendido generalmente se puede determinar mediante una ecografía, una tomografía computarizada (TC) o una colangiopancreatografía por resonancia magnética (CPRM). Otro tipo de prueba, llamado colangiopancreatiograma retrógrado endoscópico (CPRE) a menudo se puede usar no solo para diagnosticar la causa de la dilatación sino también para repararla.